Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 28

Todos, excepto Viviana: —¿...?!

Otra noticia impactante.

...

En el restaurante tradicional del Hotel Oasis del Desierto.

David había terminado de comer, pero no tenía prisa alguna por irse. Se quedó sentado mirando su celular.

Estaba tan absorto que, después de un largo rato, con una sonrisa linda en sus labios, soltó una risa suave con su voz profunda y clara: —Es bastante impresionante.

Samuel, que estaba de pie a su lado, también estaba emocionado y comentó de manera acertada: —Es más emocionante que una telenovela, Viviana es realmente valiente y astuta.

—Los demás solo actúan en televisión, ella está realmente luchando con todas sus fuerzas por su vida.

David lo dijo casualmente.

Después de un rato, guardó su celular y se levantó para irse.

En el ascensor, Samuel ya había pulsado el botón del sótano cuando David le dijo: —Con algo tan emocionante como esto, ¿no te gustaría ver la versión en vivo?

Samuel parpadeó varias veces emocionado: —Eh, sí.

Aunque no quisiera, tendría que querer.

...

De regreso en el salón de banquetes.

Dolores miraba a Susana con una expresión de asombro e incredulidad total.

Nunca esperó que ella la culpara de lo sucedido.

—No, no es así, no la obligué, fue ella quien dijo que tenía una manera sutil de hacer que Viviana firmara el acuerdo de compensación, solo entonces... Fue que le pedí a Viviana que fuera al hotel. Pero no sabía que usaría ese método tan despreciable, pensé que a lo sumo alguien la asustaría un poco, solo quería que firmara el acuerdo y listo.

Dolores explicaba de manera bastante agitada.

Pero sus palabras también implicaban que ella era cómplice de todo.

Susana había elegido este momento tan crítico para herir a Dolores, y ahora comenzaban a herirse mutuamente.

Ella miró de reojo la reacción de Cipriano, cuya cara solo mostraba una rigidez helada, como si una capa gruesa de nieve cubriera su boca y nariz.

Él, que siempre había valorado su dignidad, debía estar colapsando por dentro.

Este... ¡era el maldito precio de su infidelidad!

—Viviana, te pido mil disculpas, las heridas que recibiste, la nefasta enfermedad que contrajiste, ¡pagaré por tu tratamiento! Con las condiciones médicas actuales, es posible que el SIDA se pueda curar.

De repente, la voz arrepentida de Susana sonó a su lado, Viviana volteó la mirada hacia ella, solo para verla limpiándose lágrimas inexistentes, con una apariencia de haber reconocido sus errores, implorando nerviosa el perdón.

Pero Viviana aún podía ver el destello malicioso en sus ojos.

¿Descubierta y aún así sin miedo, traicionando a Dolores sin preocuparse, solo para poder propagar que Viviana había sido manipulada y había contraído el SIDA?

¡Era una mujer demoniaca por naturaleza!

—Hmm... —Viviana sonrió maliciosa: —Primero, no te perdono, ya he llamado a la policía. Segundo, para tu decepción, anoche, una buena persona me salvó, así que tus planes fracasaron en su totalidad. No estoy enferma, por lo tanto no voy a morir. Pero tú... ¡definitivamente irás a prisión!