¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1184

La Villa de la familia Ares.

La Señora Ares fue interceptada por el portero cuando apareció en la puerta de la villa. “Señora Ares, el Viejo Amo Jack nos dijo que no le abrieramos la puerta si regresaba”.

La cara de la Señora Ares se puso pálida. “¿Qué... qué quieren decir con eso? No estamos divorciados todavía”.

El portero dijo: “El Viejo Amo Jack dijo que ya presentó una solicitud de divorcio a la corte. Sus procedimientos de divorcio serán llevados a cabo por profesionales, por lo que no es necesario que se vean”.

La Señora Ares rompió a llorar, se quitó el brazalete de oro que llevaba en la muñeca y se lo puso en las manos al portero. Luego le suplicó y dijo: “Por favor, entre y dígale que estoy aquí. Dígale que debo verlo pase lo que pase, que aunque nos estamos divorciando, deberíamos vernos y terminar en buenos términos como marido y mujer. Solo quiero verlo por última vez”.

El portero le devolvió el brazalete de oro. “Tómelo de vuelta, Señora Ares. Mire, le diré al Viejo Amo Jack que está aquí, pero no le puedo garantizar que se encontrará con usted”.

La Señora Ares derramó lágrimas de agradecimiento. “Gracias”.

El portero se apresuró a entrar en la villa y anunció la llegada de la Señora Ares a Jack.

Jack pensó durante mucho tiempo antes de decir con cansancio: “Solo está aquí para pedirme ayuda. Ve y dile que lo siento mucho, pero que no hay nada que pueda hacer para ayudarla. Además, pídele que no aparezca delante de mí nunca más. Nunca nos volveremos a ver, nunca más”.

Cuando el portero se fue, le transmitió a la Señora Ares exactamente las mismas palabras que Jack acaba de decir. Después de escuchar lo que dijo, el corazón de la Señora Ares se rompió.

“Nunca nos volveremos a ver, ¿eh? ¿Te lastimé tan profundamente, Viejo Amo Jack?”.

Luego la Señora Ares se alejó tambaleándose.

Cuando la Señora Ares apareció en su estado abatido en el cuarto de Sera, Sera ya podía adivinar lo que había sucedido. “Él no estuvo de acuerdo, ¿no?”.

Sera miró a la Señora Ares. Ella se limitó a negar con la cabeza. “No tengo dinero”.

Sera rugió desesperada: “¿Por qué tengo una madre tan cobarde e incompetente como tú?”.

La reprimenda de Sera había dejado a la Señora Ares petrificada.

“¿Cómo puedes culparme, Sera?”.

Sera perdió el control de sí misma y comenzó a gritar a todo pulmón: “¿Me equivoco al decir eso? Me diste a luz, pero me abandonaste al entregarme a tu mejor amiga. ¿Sabes cómo he vivido todos esos años?”.

“Cuando Anne dio a luz a un hijo, me ignoró por completo. Tuve que observar las expresiones de otras personas, sopesar sus palabras con cuidado e incluso halagarlas. ¡Vivía todos los días sin ninguna dignidad tratando de adular a cada persona de la familia Severe!”.