¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1203

Bebé Zetty y Jenson estaban desayunando con una expresión pálida en sus rostros.

Zayne, Grayson y Finn tenían la cabeza gacha. No se atrevieron a mirarlo a los ojos.

“¿Dónde está Angeline?”, preguntó Jay. Había una frialdad desgarradora en su voz.

Nadie se atrevió a responder.

“¿Dónde está Angeline?”, rugió Jay.

Su voz era como un trueno retumbando en el aire, sorprendiendo a todos tanto que temblaron de miedo.

Solo entonces todos lo miraron con miedo en sus rostros.

Jenson suspiró y explicó: “Papi, la Tía Josephine llevó a mami al Hospital Gran Asia”.

Jay se dio cuenta de repente de que era el día de la cirugía de Shirley. Angeline debió estar preocupada por ella, así que le pidió a Josephine que la llevara en silencio al hospital.

Esas cosas que le dijo el día anterior a Josephine fueron solo una distracción para hacerle creer que se quedaría en casa.

Jay se dio la vuelta, volvió arriba y rápidamente se cambió de ropa. Ni siquiera se molestó en reconocer o saludar a todos los demás mientras se apresuraba a salir.

Zayne lo detuvo rápidamente. “Joven Amo Ares, deja ir a Angeline”.

Jay se dio la vuelta y miró con ira a Zayne como si este hubiera asesinado a toda su familia.

“Sabes muy bien en qué condición se encuentra Angeline en este momento. Cuando Shirley sea operada, Angeline seguramente estará esperando afuera ansiosamente. Si la cirugía tiene éxito, entonces realmente es algo para celebrar, pero ¿y si algo sale mal? ¿Angeline puede aceptar eso?”, le rugió Jay.

Zayne sintió que Jay estaba exagerando al estar tan enojado.

“¿Desde cuándo Angeline era una persona tan débil? Aparte de ti, nadie más puede enfermar así a Angeline”, murmuró Zayne.

Jay estaba atónito.

Dejó escapar un gruñido frío y salió furioso.

Zayne tenía las manos en la cintura con una mirada ofendida en su rostro. “¿Qué tipo de persona es esta? Hizo sufrir tanto a mi hermana, y ahora finge estar preocupado por ella…”.

Jay estaba ansioso por ver a Angeline y Zayne lo estaba retrasando. Hizo que Jay estallara de repente. “Quita tus patas de allí”.

Zayne respondió: “Jens y los demás vienen”.

“Pueden tomar el próximo ascensor”, dijo Jay con una mirada sombría en su rostro.

Zayne no tuvo más remedio que quitar los dedos del botón.

El ascensor se detuvo en el sexto piso y, cuando se abrieron las puertas, Jay salió a toda velocidad.

Zayne abrió mucho los ojos. “¿Así de rápido?”.

En la sala de espera, Angeline estaba sentada en su silla de ruedas mientras Josephine estaba sentada en la silla frente a ella.

Cuando Josephine vio a Jay corriendo hacia ella con una mirada asesina, tembló de sorpresa y miedo.

“¡Hermana Angeline, mi hermano mayor está aquí!”, le dijo Josephine a Angeline.