¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1275

Carson pasó corriendo por varias fortalezas antes de encontrar a Cole en la Fortaleza 48. Cole sostenía una petaca en la mano y estaba rodeado por un grupo de chicas guapas.

“Coley, ¿cuándo te vas a casar conmigo?”.

Cole estaba ligeramente intoxicado. “Una vez que mi primera reina entre por la puerta, me casaré con todas ustedes”.

Las chicas rieron continuamente. En su opinión, poder casarse con un joven amo amable y guapo era una bendición.

No les importaba si serían su primera esposa o no. Era porque el Señor trataba a todas sus esposas bien y con amor, por lo que no estaban preocupadas en absoluto por el estatus.

Cole estaba acostado en el largo banco de madera, mirando el vasto cielo. La luz de sus ojos parecía tenue.

¿Quizás ya no tendría una primera esposa en esta vida?

Ya habían pasado tres años. Angeline debía estar albergando odio hacia él. De lo contrario, no lo habría ignorado durante tanto tiempo.

“Una vez que mi primera esposa entre en mi vida, ustedes chicas deben darle la bienvenida y servirle bien en mi nombre”, murmuró Cole de repente.

Mientras Angeline estuviera dispuesta, haría todo lo que estuviera en su poder para compensarla.

Las chicas se quedaron estupefactas y lanzaron puñetazos juguetones en el cuerpo de Cole. “Eres un malvado”.

Carson se acercó y bromeó con las chicas diciendo: “¿Por qué todavía andan con él si saben que es un malvado? Yo también puedo ser su Carsy. ¿Por qué no intentan amarme?”.

Las chicas le pusieron los ojos en blanco y soltaron un bufido: “¡No!”.

¡Carson estaba profundamente deprimido!

Incluso si el joven amo tenía excelentes cualidades, él era simplemente una persona. ¿Por qué todas las chicas tenían ojos solo para el joven amo? ¿Era mejor ser la amante del joven amo que la única esposa de otro hombre?

Por primera vez, Carson cuestionó el sistema de matrimonio feudal de la montaña profunda.

“Deje de beber, joven amo”. Carson tomó la petaca que Cole tenía en la mano y la tiró al suelo.

Cole lo miró con crueldad. “Recógelo. Quiero seguir bebiendo”.