¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1423

La mirada inteligente de Angeline recorrió los rostros de varias mujeres y notó que sus ojos estaban llenos de burlas no disimuladas. Ella se negó a ser despreciada por ellas, por lo que fingió ser desdeñosa y dijo: “Estas joyas son elegantes, pero el material no es muy bueno. No puedo usar cosas tan baratas una vez que regrese a Capital Imperial”.

Jay no se inmutaba por cualquier cosa que a Angeline le desagradara, sin importar lo bueno que fuera. Apartó la mirada de la bandeja de plata mientras su voz suave sonaba dulcemente: “Tío, ¿tienes alguna otra joya mejor?”.

Spencer estaba un poco aturdido. Jay era un hombre magnífico, pero estaba obsesionado con estas cosas materiales. Le hacía parecer que no estaba a la altura de su propio estándar.

En cambio, los pensamientos de Spencer fueron expresados ​​en voz alta por su amante favorita. “Escuché rumores de que el Amo Ares es el hombre más rico de la Capital Imperial. Si ese es el caso, ¿por qué el Amo Ares no puede permitirse estas joyas baratas por su cuenta?”.

Angeline estaba furiosa.

Le irritaba que esta mujer estuviera usando sus palabras contra Jaybie.

Jay miró a la cruel mujer. Preguntó con calma: “Tío, ¿nos presentas?”.

“Ella es la tía segunda”, dijo Spencer.

Jay en ese momento entendió que esta mujer podía ser tan arrogante debido a su estatus.

La tía mayor era la madre de Cole y, desde que se convirtió en anacoreta, fue retirada automáticamente de la carrera para obtener favores de Spencer. Por lo tanto, se elevó el estatus de la segunda tía. En los últimos años, había estado a cargo de los asuntos de la Fortaleza de los Yorks y era algo así como la gran señora de la casa.

Sin embargo, para Jay, no importaba qué tan alto fuera su estatus, no podía cambiar el hecho de que era una amante. Como hombre devoto, lo que más odiaba Jay era a las amantes.

Cuando respondió, ya no era amable y había rastros de frialdad en su voz. “No hay nada que no pueda pagar en este mundo, ni hay nada que no pueda comprar, excepto las cosas que le gustan a mi Angeline”.

Las expresiones de las hermosas amantes se arrugaron ligeramente.