¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1479

Ya eran las tres de la mañana cuando Bebé Robbie regresó al Pueblo de Ciruela Verde.

Jay estaba sentado en el sofá de la sala sorbiendo café de forma aparentemente elegante. A pesar de ello, sus ojos encantadores estaban cubiertos por un rastro de preocupación y era evidente que algo le preocupaba.

La puerta del salón emitió un chirrido y se vio a Bebé Robbie entrar de puntillas. Después de dar varios pasos, se sobresaltó al ver a Jay.

"¿Aún no te has acostado, Papá?".

Jay aligeró sus cejas apretadas antes de ponerse de pie y fingir que subía las escaleras. "Me voy a la cama ahora".

Bebé Robbie se quedó atónito. Papá lo había estado esperando. Estaba claramente preocupado por él.

"Tengo algo que decirte, Papá", dijo Bebé Robbie.

Jay se dio la vuelta con una gran sonrisa en su rostro hipnotizante. "Claro".

Quería saber si a Bebé Robbie le había pasado algo en especial ayer. Que Bebé Robbie tomara la iniciativa de hablar con él era una prueba de su sana relación padre-hijo.

"Me gustaría traer una chica a casa", dijo Bebé Robbie.

Jay preguntó atento: "¿Es una agente de la división de inteligencia militar?".

Bebé Robbie asintió. "Mm. Está gravemente herida y aún inconsciente. Actualmente se está recuperando en secreto en la casa de Maya. Temo que sea descubierta por los Corvette de Juicio Final o que sea lastimada por los aldeanos".

Los ojos de águila de Jay se estrecharon ligeramente. "¿Sus heridas son muy graves?".

Recordó a la persona que le seguía ayer. Esa persona caminaba con pasos ligeros y rápidos como una pluma. Ciertamente no era alguien que estuviera sufriendo heridas graves.

¿Quién era?

El Bebé Robbie asintió. "Sí, Papá. Sufre fracturas conminutas en muchas zonas que tardarán en recuperarse".

Jay vio la mirada suplicante en los ojos de Bebé Robbie y asintió porque no quería decepcionar a su hijo. "Puedo acogerla, pero debes recordar quién eres".

Después de una pausa, exhortó: "Si se revela tu identidad, esto traerá un daño devastador para Jens".

La Hermana Trece asintió.

Angeline adoraba a la Hermana Trece aún más. "Esta será tu casa a partir de ahora, mi niña".

Jay lanzó una mirada sugerente a Angeline. Estaba atrapado entre la risa y las lágrimas. También se sentía un poco impotente. Angeline era una persona suave, adorable y especialmente agradecida. Si los demás la trataban con amabilidad, ella les devolvía la amabilidad multiplicada por diez.

Sin embargo...

La mirada de Jay se posó de nuevo en la niña, sus pupilas oscuras brillaron con un destello oscuro.

¿A qué edad entró esta niña en la división de inteligencia militar?, se preguntó.

Como una bestia que hubiera abandonado su manada, ahora estaba domesticada por otra persona, perdiendo por completo su ser original.

Como no quería que Angeline corriera riesgos desconocidos, Jay dio un paso adelante y atrajo a Angeline hacia él. Sus ojos, aparentemente suaves e inofensivos, mostraban una sonrisa significativa.