¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1483

El tratamiento de urgencia de Zechariah duró todo un día y una noche, pero al final falleció en la cama.

El Gran Viejo Amo Yorks presidió el funeral de Zechariah. Ese día, los aldeanos levantaron el cuerpo de Zechariah y lo apoyaron contra un bloque de madera. Se colocaron alrededor de su cuerpo cantando oraciones con el líder religioso. Las mujeres vestidas de blanco bailaron alrededor del cuerpo de Zechariah para despedirse de él.

Con su ropa de luto,Judy, la hija de Zechariah, se arrodilló frente a Zechariah. Lloraba a mares.

El Gran Viejo Amo Yorks leyó el elogio en voz alta: "La vida puede ser corta, pero es resplandeciente como las flores en verano. Zechariah ha hecho grandes contribuciones a Juicio Final. Es un héroe en Juicio Final, el santo patrón de Monte Perla. Ahora, con gran reverencia, despidamos a nuestro santo patrón”.

"Hoy, el Monte Perla ha perdido a su santo patrón, pero afortunadamente, Zechariah y su esposa nos han dado a la inteligente y burbujeante Judy, que no solo es hermosa, sino también grandiosa en medicina y combate. En nombre de todos los 108 aldeanos de la Fortaleza Yorks, concedo a Judy, la única descendiente de Zechariah, el título de ‘Santa de Monte Perla’. Esperamos que la Santa Judy continúe con la dedicación desinteresada y el legado de su padre, trabajando duro para mantener a Monte Perla a salvo".

Los aldeanos comenzaron a vitorear.

"Judy, Judy...". Una fuerte y poderosa ovación rodó por las colinas y resonó por todo el valle.

Era como si la existencia de la Santa Judy fuera una extensión del legado del santo patrón. Ahora que tenían una santa, pensaban que el Monte Perla estaría a salvo. Sin embargo, habían bajado la guardia. Una poderosa fuerza oscura era la responsable de la muerte de Zechariah, y su muerte era un desafío y una amenaza planteada contra Juicio Final.

Por lo tanto, ¿cómo podría una simple santa cambiar el curso de la historia?

Pronto, las llamas bajo el alto armazón de madera comenzaron a extenderse hacia arriba, quemando el escuálido cuerpo de Zechariah.

Judy gritó frenéticamente: "¡Padre!".

Los aldeanos la apartaron y la consolaron. "Deja que tu padre muera en paz, Judy".

Judy dejó escapar un grito desgarrador. "No me dejes atrás, Papá. ¿Qué voy a hacer ahora que te has ido?".