¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1488

¡La verdad se había revelado!

Los ojos de águila de Jay se contrajeron levemente. Los puntos ahora se habían conectado. Se formaron varias cadenas claras y distintas. Al final, las pupilas de Jay se congelaron en su lugar cuando pronunció suavemente cuatro palabras, “división de inteligencia militar”.

¡Angeline palideció un poco!

Cuando Jay exclamó el nombre de ‘división de inteligencia militar’ sin previo aviso, la inteligente Angeline pudo adivinar de inmediato por qué él lo hizo.

“Jaybie, la división de inteligencia militar es una organización malvada establecida por el descendiente del Sr. Boye, ¿verdad? Cuando se llevaron a Bebé Robbie hace unos años, todo fue premeditado, ¿verdad? Si ese es el caso... Ahora que Jens se ha ido a la división de inteligencia militar, ¿eso significa que solo tendrá una pequeña posibilidad de sobrevivir?”, murmuró Angeline mientras sostenía los brazos de Jay con manos temblorosas.

Aunque la cabeza de Jay estaba hecha un desastre en este momento, necesitaba esforzarse para mantener la calma. Consoló a Angeline diciéndole: “No te preocupes, Angeline. Rescataré a Jens de allí. Créeme”.

El gran Viejo Amo Yorks frunció el ceño con tanta fuerza que los pliegues eran suficientes para aplastar a un mosquito. Cuando notó la inquietud en los ojos de Jay, el gran Viejo Amo Yorks parecía aún más angustiado.

¿Por qué Jay se ponía constantemente a prueba? ¿Por qué los cielos eran tan crueles con él?

“Jay, realmente no importa incluso si la división de inteligencia militar posee el mapa de Juicio Final. Todavía tenemos nuestra última y definitiva carta de triunfo. Creo que es hora de que juguemos esta carta”.

“¿Qué carta de triunfo?”.

El gran Viejo Amo Yorks restauró su arrogancia. “Hmph, la capacidad de lucha de Juicio Final es incomparable en cualquier parte del mundo. Ya que llegaron al Monte Perla, podemos hacer que se retiren fácilmente con un solo golpe”.

Jay le recordó. “Abuelo, el almirante de Juicio Final... se ha ido. ¿Quién va a liderar los ejércitos de élite de Tigres y Lobos?”.

Sin un buen almirante que los guíe, tanto los Ejércitos de Tigres como de Lobos se dividirían. Todos saben esto.

Jay arqueó las cejas y preguntó: “¿Qué pasará después de que ganemos esta batalla, entonces? ¿Vas a quedarte sin hacer nada y ver cómo Judy y yo nos convertimos en marido y mujer?”.

Angeline se quedó atónita mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

“Yo…”

Jay sabía cuán atormentada debía sentirse Angeline en ese momento y se rio. “No pienses demasiado. Tus preocupaciones no van a suceder”.

Él le plantó un beso ardiente en la frente. “Créeme, Angeline”.

El gran Viejo Amo Yorks miró a los dos tortolitos y les hizo señas. “Vayan y prepárense, Jay. Haré los arreglos para que atravieses las barreras lo antes posible”.