¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1597

Bebé Robbie se recostó en el sofá con los brazos cruzados y dijo con calma: “¡Puedes ayudarnos a hacer trampa cuando tengamos exámenes!”.

Jenson se quedó sin habla.

Él les puso los ojos en blanco y dijo: “No se preocupen, Papá no se rendirá hasta que cada uno de ustedes se conviertan en estudiantes sobresalientes”.

Bebé Robbie y las chicas casi se desmayan.

El gran Viejo Amo Ares se enteró de que Jay había regresado a la Capital Imperial, así que durante todo el día esperó en la puerta a que sus hijos y nietos vinieran a verlo. Sin embargo, después de esperar varios días, el gran Viejo Amo Ares perdió la paciencia. Tomó la iniciativa de llamar a Jay.

El gran Viejo Amo Ares preguntó con tristeza: “Jay, sé que has regresado a la Capital Imperial por unos días. ¿Por qué no me has visitado? Además, escuché que Bebé Robbie ha regresado. Ven con los chicos”.

Jay dijo en voz baja: “Abuelo, perdí a Angeline”.

El gran Viejo Amo Ares guardó silencio durante un largo rato. Finalmente entendió por qué Jay no lo había visitado desde que regresó. Sin Angeline, Jay era un muerto viviente. No podría actuar ni pensar con normalidad.

“¿Qué pasó?”, preguntó ansioso el gran Viejo Amo Ares.

Lo que más temía era que Angeline hubiera tenido un accidente. Eso destruiría a Jay.

“Mi madre la alejó”. Jay lo mencionó de manera despreocupada, pero cualquiera podía notar que su voz estaba mezclada con un inmenso dolor e impotencia.

El gran Viejo Amo Ares golpeó la mesa de café con el puño y dijo enojado: “¿Quién es ella para echar a un miembro de la familia Ares? ¡Tu madre es una bandida! ¡Es dominante e irracional!”.

De repente, el gran Viejo Amo Ares se dio cuenta de algo. Tembló y preguntó: “¿Tu madre todavía está viva? ¿Qué hay de tu padre?”.

“Ambos están vivos. Fueron encerrados en el palacio subterráneo de la División de Inteligencia Militar. Jens los salvó”.

“Angeline, te dije que conquistaría el mundo por ti, para que no me derribaran. Cuando regreses, te daré los mejores regalos”.

Jay convirtió todo el dolor en fuerza y ​​trabajó hasta que no pudo distinguir la noche del día. Por supuesto, aún así no se olvidó de buscar el paradero de Angeline todos los días.

Hizo innumerables llamadas a Angeline, pero nadie contestó.

Llamó a las personas cercanas a Angeline, pero nadie respondió.

Estaba claro que Angeline todavía estaba furiosa con él.

Le envió un mensaje de texto sobre todo y cualquier cosa. Incluso le enviaba un mensaje de texto de buenos días todas las mañanas...

Eso fue hasta que...