¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1821

Jay respondió impotentemente: “Iré, mi esposita”.

Angeline luego se rio con voz quebradiza.

Les dijo a la Señora Yorks y Shirley: “No nos hemos visto en tanto tiempo. Pasen aquí la noche y podremos ponernos al día”.

Shirley ahora estaba a cargo de Empresas Severe, así que se podría decir que estaba manejando múltiples asuntos todos los días. Por lo tanto, ella se rehusó y dijo: “Todavía tengo asuntos urgentes que tratar en la compañía, Pequeña Angeline. Debo regresar a Ciudad de Golondrina”.

Angeline se sintió mal de que la Hermana Shirley tuviera que criar a un bebé y trabajar al mismo tiempo, así que sugirió: “Entonces, deja que Dawn se quede aquí conmigo”.

Shirley dijo: “Chica tonta, cuidar de Dawn es algo problemático”.

Angeline respondió: “Manejar la compañía de los Severe también debe ser difícil para ti”.

Como tal, Shirley aceptó a regañadientes.

Corte de Buque Fragante.

Cuando Jay llegó a Corte de Buque Fragante, Cole fue quien lo saludó.

“¿Por qué estás aquí? Chloe se ha ido, así que no eres bienvenido”. Cole seguía siendo revoltoso y desalmado.

Si fuera cualquier otro momento y Cole fuese tan irrespetuoso con Jay, probablemente él le respondería sin piedad. Hoy, sin embargo, la expresión de Jay parecía más gentil. Él mostraba una rara cantidad de tolerancia y generosidad.

Jay entró como si fuera su propia casa y se sentó cómodamente en el sofá. Cruzó las piernas y le pidió a Cole, señalando su barbilla. “¿No les sirves té a tus invitados?”.

Cole dijo estupefacto: “Entre nosotros dos, ¿quién es el invitado aquí?”.

Esta vez, Jay lo miró atónito. “¿Así que sabes que todavía soy el dueño de Corte de Buque Fragante? Entonces, ¿por qué necesito tu bienvenida cuando vuelvo a casa?”.

Su lógica parecía hermética e impecable.

Cole levantó el pulgar para felicitar a Jay.

Luego, se enfrentó a Jay con una sonrisa y dijo: “JJ, ella sigue siendo mi esposa, después de todo. Ella ha estado conmigo durante muchos años, así que, por supuesto, todavía le tengo un poco de afecto. Puedes castigarla por sus errores, pero el Tío desea que le perdones la vida”.

Los delgados dedos de Jay se cerraron en un puño y empezaban a palidecer por la pérdida de flujo sanguíneo.

“Ella y Judy lastimaron a mi Angeline. Si no fuera por el evento importante que se avecina y que no quiero cometer una masacre en este momento, ¿crees que podrías protegerlas, Tío?”.

Spencer: “...”.

El puño de Jay se aflojó lentamente. “No estoy aquí para quitarles la vida hoy. En cambio, estoy aquí por órdenes de mi esposa de venir y preguntarle algo. ¿Estás dispuesto a dejar a todas tus amantes y pasar el resto de tu vida con la Señora Yorks a partir de ahora?”.

Spencer estaba desconcertado...

“¿Tu Tía Crystal está de acuerdo con esto?”.

Jay levantó sus ojos y lo fulminó con la mirada, la frialdad llenaba sus pupilas de águila. “Pero parece que el Tío todavía siente afecto por Sandra, ¡así que olvidémos este asunto!”.