¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1907

El Rolls-Royce empezó a alejarse.

Bebé Zetty abrió repentinamente su par de ojos color obsidiana parecidos a una joya. Ella se sentó, haciendo algunos crujidos. Se puso los zapatos antes de salir a caminar.

“Bebé Zetty”, la voz seria pero gentil de Tempestad sonó detrás de ella.

La espalda de Bebé Zetty se puso ligeramente rígida mientras se giraba lentamente. Luego, le dedicó una sonrisa amarga a Tempestad.

“Ven aquí”. Tempestad le hizo señas para que se acercara.

Bebé Zetty exhaló un suspiro y caminó hacia Tempestad, aceptando su destino.

Tempestad extendió su ancha y gentil mano, tomándola de la mano. Él la frotó antes de preguntar con delicadeza: “¿Te diriges a alguna parte?”.

Las lágrimas se asomaron en los ojos de Bebé Zetty mientras decía con tristeza: “Hermano Tempestad, quiero ir a verlo... Bastará con echar un vistazo”.

Tempestad tenía una expresión desagradable en su rostro. Grayson, Tormenta y él habían discutido este asunto y habían llegado a un consenso unánime. Si Finn no podía abrir su corazón para aceptar los sentimientos de Bebé Zetty, entonces ellos no tenían más remedio que convertirse en los malos. Tenían que separar despiadadamente a los dos para poder superar el dolor en lugar de prolongar la agonía.

Bebé Zetty le dijo con tristeza: “No puedo aceptarlo, Hermano Tempestad. Creo que quizás mis confesiones no han sido lo suficientemente firmes. Por eso el Hermano Finn no confía en mí. Y tal vez esa sea también la razón por la que me rechazó. Quiero darme otra oportunidad y rogarle que vuelva a mi lado. Esta vez, eliminaré todo mi orgullo y mi autoestima. Le rogaré que vuelva conmigo…”.

Tempestad se sintió profundamente molesto cuando vio lo desconsolada y triste que estaba Bebé Zetty.

Él le habló con seriedad a Bebé Zetty: “Bebé Zetty, no es que no esté dispuesto a ayudarte. Pero tienes que entender que el amor no puede ni debe ser forzado. Si te humillas y le pides con delicadeza al Hermano Finn que regrese, definitivamente volverá contigo, pero solo lo hará por su gratitud hacia la familia Ares. No será por amor. Y si vuelve a tu lado, de todas formas no recibirías el amor que tanto deseas. Si esto continúa, los dos no estarán más que encadenados…”.

Bebé Zetty respondió: “Eso no es cierto. Me niego a creer que el Hermano Finn no me ama. Si no me ama, ¿por qué me trataba con tanta amabilidad? Él se convirtió en mi único cielo, pero me abandonó sin piedad. ¿Él no sabe que si mi cielo se cae, estaré mejor muerta?”.

El dolor de Bebé Zetty conmovió dolorosamente a Tempestad, y él finalmente decidió rendirse. “Está bien. Te llevaré a verlo. Pero prométeme, Bebé Zetty, que solo será un vistazo. Entonces me seguirás a casa obedientemente”.

Bebé Zetty abrazó con gratitud a Tempestad. “Gracias, Hermano Tempestad”.

Era la mitad de la noche cuando Tempestad llevó a Bebé Zetty a la residencia de Finn.