¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2248

Henry muy felizmente sacó el dinero para pagarle a sus compañeros de dormitorio el dinero que habían donado. Entonces, Timothy sugirió una nueva propuesta: “¿Deberíamos mejor donarle este dinero a Jenson?”.

El hermoso rostro de Jenson comenzó a contraerse violentamente. ¿Ellos pensaban que el digno príncipe de Gran Asia necesitaba donaciones de otros?

“No lo necesito”, Jenson se rehusó rotundamente.

Sin embargo, Timothy tenía la impresión de que Jenson fingía ser distante e indiferente con respecto a lo material. Él dijo: “Jenson, eres el más pobre entre todos nosotros aquí. Solo recibes 200 dólares al mes. No te quedará nada después de comprar un par de zapatillas o ropa. Te donaremos este dinero para que puedas vivir y estudiar cómodamente”.

Jenson miró a Timothy y apretó los dientes mientras pronunciaba palabra por palabra: “No lo necesito”.

Independientemente de las consecuencias, Timothy rápidamente tomó el teléfono de Jenson y transfirió el dinero al Venmo de Jenson. Él lo aceptó en su lugar.

Quinton hizo lo mismo y también transfirió el dinero, y Timothy lo aceptó por él.

Jenson miró la ‘enorme suma de dinero’ en su cuenta de Venmo y estaba entre risas y lágrimas.

En este momento, Henry miró a sus compañeros de clase que estaban siendo amables y cariñosos entre ellos. Él dijo: “Hablo desde mi corazón cuando digo que me siento muy afortunado de poder conocer a compañeros de dormitorio tan sinceros y amables como ustedes”.

Quinton puso su brazo alrededor de los hombros de Henry y dijo: “Eres un hombre. ¿Por qué estás siendo tan sentimental?”.

Jenson tomó su mochila y se la colgó fríamente al hombro. Él miró a sus compañeros de dormitorio y dijo: “Es hora de ir a clases”.

Timothy y los demás agarraron apresuradamente sus mochilas y siguieron a Jenson.

Mientras caminaban por la avenida de la Universidad de la Capital Imperial, el resplandor de Jenson hacía que muchas chicas gritaran de admiración constantemente.

“Ay Dios mío. ¡Él es tan guapo!”.

“¿En qué departamento él está? ¿Cuál es su nombre? ¿Debería escribirle una carta de amor?”.

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