¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2256

En el otro lado.

Bebé Zetty no había regresado en mucho tiempo.

Ellos también habían perdido el contacto con Finn.

Angeline se estaba enfermando anhelando por su hija, por lo que ella no estaba en condiciones de cuidar de Angel.

Para cuidar de Angeline, Jay llevó con renuencia a la pequeña Angel al mejor jardín de niños privado de Capital Imperial.

Zayne y Josie reflexionaron sobre ello. Ya que Angel había ido al jardín de niños, su hijo ya no tenía una compañera de juegos. Por lo tanto, sería mejor que ellos también enviaran a Joseph al jardín de niños.

En el primer día.

Cuando el Señor Ares y los demás llevaron a Angel y Joseph al jardín de niños, Jay dio unos pasos atrás al ver a los otros niños llorando y arrojándose a los brazos de sus padres.

Él no podía soportar ver llorar a Angel.

Zayne le dio una palmada en el hombro a Joseph y lo animó, diciendo: “Eres un hombre, hijo. Los hombres derraman sangre, no lágrimas. No deberías llorar tan fácilmente”.

Joseph se dio cuenta de que él y sus padres estaban a punto de separarse. Él hizo un puchero con los labios, casi llorando. Sin embargo, él estaba demasiado avergonzado para llorar.

Jay le preguntó a Angel de una manera amable y considerada: “Ahora irás al jardín de niños, pequeña bebé. Así que estarás separada de Papi y Mami por un corto tiempo todos los días. Papi y Mami vendrán a recogerte por la tarde, ¿de acuerdo?”.

Angel no tenía ansiedad de separación. Al mirar el extraño entorno, ella estaba llena de expectativas e incluso estaba emocionada por explorar el lugar.

“Mm. No te preocupes, Papi. Angel no llorará”.

El Señor Ares estaba inmensamente complacido. “Dale un beso a Papi”.

Angel acercó su boquita y besó la mejilla de su papi.

El Señor Ares colocó a Angel en el suelo, y Angel caminó hacia Joseph, tirando de él hacia dentro.

Joseph seguía volteando la cabeza hacia atrás cada vez que daba un paso, su expresión luciendo triste. Era como si él estuviera al borde de las lágrimas.

Josie no podía soportar separarse de su hijo. Sus ojos estaban enrojecidos y ella estaba llena de preocupación mientras preguntaba: “¿Joseph empezará a llorar?”.

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