¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2271

Justo cuando Robert estaba bromeando con sus compañeros de cuarto, Whitney levantó la cabeza y gritó: "¡Ven aquí, Robert Ares!".

Como si le hubiera picado una abeja, Robert asomó la cabeza temblando. Mientras miraba a Whitney, tartamudeando preguntó: “No fui yo quien rompió las reglas, señora. ¿Por qué quiere que baje?".

Whitney dijo: "Si no la hubieras seducido, ¿habría corrido hacia ti en medio de la noche para confesar sus sentimientos?".

Robert se quedó inmensamente sin palabras.

Él estaba tan enfurecido por la forma de pensar de Whitney que no podía hablar. "Usted se está poniendo del lado de ella a propósito, señora".

Whitney dijo con de manera brusca: “Los chicos deben ser más caballerosos. Serás castigado por este asunto".

Robert seguía siendo alguien que tenía sentimientos tiernos y protectores por el sexo opuesto. No quería que la niña fuera castigada por esto. Por lo tanto, solo pudo prepararse y bajar la cabeza.

La oscuridad de la noche se estaba disipando.

Whitney llevó a Robert al enorme campo.

Robert miró las pistas de atletismo con desánimo y aceptó su desgracia. Preguntó: "Entonces, ¿cuántas vueltas debo correr?".

Whitney se volteó de repente para mirar a Robert, y su expresión parecía agraviada.

"¿Sabes cuántas dificultades tuve que soportar solo para verte de nuevo?".

Robert: "...".

Whitney levantó las manos y dijo: "Mis manos poderosas tuvieron que recoger las agujas de bordar por ti y bordar las cosas que les gustan a las niñas pequeñas en un lienzo...".

Robert sintió que algo andaba mal con esto y rápidamente se detuvo para decir: “¿Qué tiene eso que ver conmigo? Nunca la he obligado a hacer nada".

Whitney inmediatamente se echó a llorar. "¡No tienes conciencia!".

A Robert se le puso la piel de gallina por esto y replicó: “¿Puedo tomar esto como si usted está tratando de ligar conmigo, señorita Cornelius? Como instructora, está tratando de tentar a un menor. ¿No tiene miedo de que la demande?”.

Whitney simplemente presionó su suerte y dijo: “¿Crees que quiero este trabajo? Si no fuera por ti, nunca hubiera comenzado a enseñar en primer lugar".

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