¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2391

La señora reprochó con rabia: “Charles Banners, si no hubiera sido por los Forks, habrías seguido siendo el hijo ilegítimo de la familia Banners. ¡Estarías viviendo como un perro callejero! Ahora que tienes la barriga llena por haber sido alimentado por mis padres, ¡has empezado a morder las manos que te alimentaron! ¿Quién te crees que eres?”.

Charles tomó la taza de té de la mesita y se la arrojó a Miranda, quien no pudo esquivarla a tiempo. La taza le dio en la frente y, casi inmediatamente, empezó a brotar sangre.

La cara de Bebe estaba pálida por el susto.

Angeline miró a la familia rota, cerró los ojos y soltó un suspiro.

Supuso que por fin había llegado el momento de la retribución.

Cuando volvió a abrir los ojos, su mirada se posó en Roxie. Entonces, se dio cuenta de que Roxie miraba a Charles con una expresión fría y decidida. Incluso había una pizca de felicidad en sus ojos, y las comisuras de sus labios estaban ligeramente levantadas. Parecía algo diabólico.

Angeline entendió entonces que la calma de Roxie a lo largo de los años era todo un disfraz. Toda su vida estuvo atrapada en su miserable infancia. Ella también se dio cuenta de la verdad de que una infancia miserable necesitaría toda una vida para sanar.

“Vuelve con nosotros, Roxie. Mira esta familia, ellos nunca volverán a tener un rastro de afecto. Tu padre perdió la ternura de su esposa y el respeto de su hija. Por el resto de su vida, será un solitario entre las paredes de su corazón. En cuanto a la amante que odia, la Señora Banners, vivirá con remordimientos para siempre y pagará un alto precio por ser tan ciega cuando era joven. Incluso su hija más inocente vivirá ahora con miedo”.

“Tu venganza ha sido completada, Roxie. Has encendido la mecha y tienes que dejarle el resto del trabajo al tiempo. Y tú, tienes que salir de este odio cuanto antes para vivir una vida tranquila”.

Roxie finalmente miró a Charles y a la Señora Banners. Cuando llegó por primera vez a la casa Banners, ellos eran dominantes, arrogantes y altaneros. En este momento, eran como perros desconsolados que se acurrucan en el suelo desolados.

Roxie cerró los ojos, y en ese momento, trató de sentir las emociones que estaban atrapadas en su corazón. Todo el odio puro que había sentido antes había desaparecido inexplicablemente.

Sus lágrimas rodaron en un instante, y abrió los ojos con una sonrisa.

Estaba riendo con lágrimas en los ojos.

Entonces supo que había renacido.

A partir de ahora, ella solo viviría para sí misma y para los que la amaban de verdad.

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