¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2398

Jay no podía soportar ver a Angeline desconsolada, así que no le quedó de otra que dejarla visitar a Zayne.

Cuando Angeline llegó a la sala de Zayne, sabía que como el cuerpo de su hermano había llegado al punto de necesitar un trasplante de riñón, estaría muy débil. Sin embargo, cuando vio el rostro pálido y apagado de Zayne, que estaba sombrío y delgado, junto con sus ojos aparentemente sin vida, el corazón de Angeline sintió una fuerte punzada en su corazón.

Se tambaleó hacia él. Al principio, trató de esbozar una sonrisa para que él pudiera vivir felizmente sus últimos días. Sin embargo, empezó a derramar lágrimas antes de que pudiera decir algo.

En cambio, fue Zayne quien la consoló con una sonrisa en la cara. “¿Qué edad tienes ahora? ¿Cómo puedes llorar como una niña? Realmente has sido mimada por el Señor Ares, Angeline”.

Ella sostuvo su mano con fuerza, y su cuerpo temblaba mientras lloraba. “Si te sientes incómodo, Hermano Mayor, debes hacérmelo saber. No tienes que soportarlo todo solo. Déjanos compartir la carga contigo”.

Zayne acarició la cabeza de Angeline y dijo con una sonrisa: “Mi enfermedad no es tan dolorosa como el cáncer de hígado. Lo mejor de esta enfermedad es que no duele nada. Si no, no habría tardado tanto en descubrir mi enfermedad”.

Angeline se acostó encima de él mientras lloraba desconsoladamente.

Jay y Josie entraron en ese momento. Josie se aferraba a Joseph. Parecía que ella tenía la intención de entrar pero estaba demasiado avergonzada para hacerlo.

Jay le dedicó una mirada débil. Sabía que las palabras que le había dicho a Josie antes habían dejado un fuerte impacto en ella, y por eso se sentía avergonzada ahora.

Sin embargo, Jay no podía ver cómo Josie se volvía cada vez más arrogante. Volvió a abrir la boca y dijo: “¿Qué personalidad utilizas para venir a visitar a Zayne esta vez?”.

Los labios de Josie se contrajeron ligeramente. “Sé que no tengo un amor infinito como Angeline, Hermano Mayor, y tampoco soy tan mente abierta como Angeline. Soy diferente a ella. Ella tiene tu apoyo haga lo que haga, y en cuanto a mí, no lo tengo. Todo cae sobre mis hombros. No tengo miedo a la muerte. Solo temo que si muero, Joseph no tenga a nadie que lo cuide”.

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