¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2437

Cuando Jay y Cole entraron en la habitación, tanto Angeline como Shirley tenían expresiones tranquilas en sus rostros. Cole se apoyó en la puerta y no pudo evitar suspirar. “Shirley dijo que si no hubiera conocido a Angeline, habría vivido en ese pantano para siempre. Dijo que Angeline la aceptó con su amplio corazón, y que ella nunca consideró a Shirley como una extraña que no tiene una relación de sangre con ella. Shirley maneja el negocio familiar de los Severe mientras que la verdadera hija de los Severe, Angeline, no se preocupa por sus propios intereses. Le dio a Shirley plena libertad y autoridad”.

Jay miró a Cole, sin saber por qué adulaba a Angeline en voz tan alta. Sentía cómo se le tensaba el corazón.

“No importa lo buena que sea Angeline, sigue siendo mía”, declaró Jay su propiedad de forma dominante.

Cole sonrió y dijo: “Mírate, estás todo celoso. De repente me siento agradecido. Cuando Shirley alababa a Angeline, no me importó mucho en ese momento. Pero más tarde, en una esquina de la calle, vi a un par de hermanas que se golpeaban mutuamente solo porque la más joven es la hija ilegítima de su padre. El par de hermanas no se contenían al maltratar a la otra con el fin de competir por la herencia de su rico padre. En ese momento, me di cuenta de repente cuán grande es el corazón de Angeline”.

El rostro de Jay se ensombreció completamente.

Cole le dio una palmadita en el hombro y dijo: “Sé que fuiste tú quien entrenó a Angeline hasta convertirla en una persona tan excelente. Primo, me siento mucho más aliviado. He dejado ir a Angeline. En el futuro, solo le daré mi amor a Shirley, que siempre me ha amado en silencio”.

Jay bromeó: “Así que una persona testaruda como tú finalmente se dio cuenta. Debe haber sido difícil”.

Angeline levantó la mirada para posarla en Jay y Cole. Los saludó con una sonrisa.

“Querido, Primo Cole”.

Jay y Cole se acercaron y se sentaron frente a sus esposas. Jay peinó el cabello desordenado de Angeline pero se dio cuenta de que ella estaba mirando a Cole, quien estaba frente a ella, con una sonrisa.

Jay frunció el ceño y giró la cabeza. Sin embargo, vio que Cole sostenía la mano de Shirley. Lo miró con una sonrisa llena de provocación.

“Primo, no creas que eres el único que puede hacer demostraciones públicas de afecto en este mundo.

Jay: “...”.

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