¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2533

La sonrisa en la mirada de Jay no parecía genuina. “¿No fuiste tú quien dijo eso? Uno de nosotros tiene que ser la persona buena delante de los chicos. Como tú querías ser la persona mala, no me quedó de otra que actuar como la persona buena”.

Angeline suspiró y dijo: “Si no manejamos esto bien, la reputación de Jens podría arruinarse. Esto podría afectarlo por el resto de su vida”.

Jay consoló a Angeline: “Está bien, Angeline. No te preocupes. Esto no es tan complicado como crees. Iré a visitar a Jens y le preguntaré sobre lo que pasó ayer”.

Ella asintió con la cabeza y le recordó a Jay: “Jay, si Jens admite su error y habla contigo amablemente, tú… no deberías ponerle las cosas difíciles”.

Él asintió.

Sin embargo, una expresión de pesadez apareció instantáneamente en la cara de Jay cuando se dio la vuelta y se fue.

Llegó al cuarto secreto. Jens estaba de pie en el centro de la misma. La niebla lo envolvía. Había una expresión de culpabilidad en su apuesto rostro cuando miró a Jay.

Jay apagó el interruptor cuando entró en el cuarto. Entonces se acercó a Jens con una expresión sombría en su rostro. Esto era completamente diferente a la mirada alegre que tenía cuando estaba frente a Angeline hace un momento. Comenzó a actuar con extrema seriedad.

“Arrodíllate”.

Un fuerte golpe sonó cuando Jens se arrodilló frente a Jay.

Jay dijo furioso: “Desde que eras pequeño te he enseñado a mantener las distancias con las mujeres. Ya que tienes una chica que te gusta, ¿por qué te acercas a las demás hermanas? ¿No te dije que cuantas más mujeres estén a tu lado, más problemas encontrarás?”.

Jens tragó saliva y habló en tono avergonzado: “Papi, sé que me equivoqué”.

Jay se dio cuenta de que Jens no tenía intención de dar explicaciones. La expresión severa de su rostro se desvaneció ligeramente al decir: “Ahora, ¿puedes contarme lo que pasó anoche?”.

Jenson describió todo con claridad: “Savannah sugirió que saliéramos a medianoche. Perdí la partida y cumplí la apuesta. Me senté un rato en el campo de golf a medianoche. De repente, escuché que alguien me llamaba por mi nombre. Me di la vuelta y vi a una mujer con el cabello largo. Estaba de pie a cierta distancia de mí”.

“Me llamó varias veces por mi nombre y la seguí. Sin embargo, me llevó a una tierra remota y no urbanizada detrás del Chalet de Turmalina. Había un montón de tierra, pero pensé que era una tumba. Tenía curiosidad por saber por qué me había llevado a un lugar tan espeluznante, así que intenté preguntárselo. Sin embargo, se convirtió en una sombra y desapareció”.

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