¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2659

El Señor Ares miró a la Hermana Trece con frialdad. Su mirada carecía del amor paternal que siempre le había mostrado.

“Sabía que tenías un motivo oculto cuando te mudaste a la familia Ares en aquel entonces. Sin embargo, no esperaba que fueras tan malvada y tuvieras un corazón tan cruel a tan temprana edad. El amor y la adoración de Angeline hacia ti no calentaron tu corazón en absoluto. Para mí, no solo eres un traidor. No tienes corazón”.

La Hermana Trece miró al Señor Ares con perplejidad. Las reprimendas del Señor Ares parecían ayudarla a percibirse mejor a sí misma.

“Lastimaste a mi padre. Lastimaste a mi papi. Por eso endurecí mi corazón y decidí vengarme de la familia Ares”, gritó en voz alta.

El Señor Ares dijo en tono duro: “El karma existe en el mundo. ¿Por qué lo lastimaría si no hubiera secuestrado a mis hijos? No tienes la capacidad de discernir el bien y el mal. Solo te inventas excusas. ¿Crees que estás siendo razonable en este momento?”.

La Hermana Trece sacudió la cabeza, devastada. “Solo sé que es mi papá. Es mi única familia en este mundo”.

El Señor Ares rugió furioso: “Abre los ojos y mira bien a todos los que te rodean aquí. Todos los que estamos aquí te hemos protegido y tratado como si fueras de nuestra familia”.

Las brutales palabras de la Hermana Trece rompieron el corazón de las hermanas.

Andy dijo: “Hermana Trece, dijiste eso en voz alta por instinto, pero muestra lo que realmente piensas. Resulta que realmente he estado cegada todo este tiempo. Realmente creí que nos tratarías con un corazón genuino”.

Las hermanas la regañaron con rabia: “Fuiste en nuestra contra cuando todo lo que te hemos mostrado ha sido amabilidad, aunque aún eres tan joven. Naciste para ser malvada”.

“Hace unos años no dejabas de causar problemas. Deberíamos haber sospechado que fuiste tú quien llamó a esa gente a propósito. Sin embargo, confiamos tanto en ti. Te las arreglaste para engañarnos con solo hablarnos con coquetería y mentirnos. Al parecer, realmente fuimos ingenuas, y tú eres una persona muy astuta”.

“Alguien como tú no merece ser nuestra hermana”.

...

De repente, Andy sacó su daga y la clavó en la cara de la Hermana Trece con fuerza. Sus ojos enrojecieron mientras decía: “El día en que nos convertimos en hermanas juradas, una vez hicimos un juramento de que cortaríamos lazos con cualquiera que traicionara nuestro juramento, infligiéndole dolor físico a esa persona. Hoy cortaré lazos contigo”.

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