¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 369

Esa noche, Jay no volvió a casa.

Después de que Rose metió a los niños a la cama, regresó a la habitación que Jay le había preparado. Aunque se acostó en la cama, no pudo conciliar el sueño.

Se compadecía de sí misma y se preocupaba por Josephine.

En medio de la noche, la puerta de su habitación se abrió sin previo aviso. En consecuencia, Rose se sorprendió.

Cuando ella encendió las luces, vio a Jenson de pie en la puerta, mirándola sin expresión. "Mami, ¿puedo dormir contigo?".

Rose le sonrió a Jenson y le tendió la mano. "Ven".

Jenson cerró la puerta detrás de él y se acostó junto a Rose.

Rose miró el reloj de la pared para ver la hora. ‘¿Es medianoche, pero Jenson todavía está despierto?’.

Acarició las orejitas de Jenson mientras le preguntaba gentilmente: "Dime lo que no te deja dormir".

Jenson movió su cuerpo sobre la cama y se acostó de lado para mirar a Rose.

Dentro de sus ojos, ella podía ver una mezcla de duda, miedo e inquietud.

Rose jugueteó con el lóbulo de su oreja ya que había escuchado que masajear el lóbulo de la oreja de un niño podría ayudar a aliviar la ansiedad de un niño por tener un sueño espantoso. Se preguntaba si ayudaría a Jenson.

Rose simplemente estaba intentando cualquier cosa que se le ocurriera sin saber la causa de la inquietud de Jenson.

"Jens, si tienes algún problema, siempre puedes compartirlo conmigo, ¿de acuerdo?". Su instinto le dijo que Jens estaba preocupado. Sin embargo, como su padre, siempre se guardaba sus sentimientos y pensamientos.

Rose quería aconsejarlo y alentarlo a que expresara sus sentimientos. Por lo tanto, lo persuadió pacientemente: “Jens, mami te ama. Si tienes algo que te preocupa, puedes decírmelo porque soy la persona que más te ama en este mundo".

Jenson de repente murmuró: "¡Mami, tengo miedo!".

Rose se sorprendió...

Normalmente, Jens aparentaba ser un niño valiente que tenía una mente inteligente. Su imagen era similar a la de un hombre maduro que estaba atrapado en el cuerpo de un niño.

No había esperado que tal debilidad se escondiera detrás de su fachada tranquila.

"Dime de qué tienes miedo".

Jenson se acurrucó como un camarón y se inclinó hacia el abrazo de Rose.

En cuanto a Rose, ella le dio unas palmaditas en la espalda, esperando pacientemente a que continuara su historia...