¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 446

Rose sostuvo su mirada y dijo con una expresión tímida: "Lo malentendiste. ¡No me intimidó!".

"¡Quiero comprobarlo!". Su voz era dominante.

"¿Cómo vas a comprobarlo?", se preguntó Rose.

Casi inmediatamente, Jay se inclinó...

Se sintió repentinamente deprimida.

Sabía que ese tipo se aprovecharía de ella poniendo excusas. ¡Qué odioso!

Esa noche, Rose pasó por una tortura mental y una ruina física. Presa del pánico, se durmió inconscientemente.

Durmió hasta la madrugada del día siguiente que fue cuando se despertó de forma natural.

Rose acababa de abrir los ojos y recuperar la conciencia, y se sentó casi inmediatamente.

Tomando el aire fresco, suspiró con gran alegría. "¡Sigo viva!".

Jay la miró tranquilamente. "¿Eres muy feliz?".

De repente, consciente de que había alguien a su lado, contuvo su expresión de éxtasis. Dijo con algo de humildad: "¡Señor Ares, estás despierto!".

Jay la atrajo hacia sus brazos. "Acompáñame a dormir un poco más".

"¿No vas a trabajar?".

"¡Hoy es fin de semana!".

"¿Fin de semana? Entonces, Bebé Robbie y los demás no irán a la escuela. ¿Quieres... Mmff...?".

Como su boca estaba cubierta, incluso la respiración se hizo difícil.

¡Este era un beso furtivo!

Como estaba cargada de tanta pena, este movimiento era prácticamente tratar de quitarle la vida.

Al final, lo apartó cuando sintió que su respiración estaba a punto de cortarse. Entonces, aspiró enormes bocanadas de aire.

"¡A partir de ahora saldrás a correr conmigo todos los días!". Jay le dio unas palmaditas en el pecho para ayudarla a recuperar la respiración.

"¿Por qué?".

"¡Una capacidad vital demasiado baja afectará a la felicidad de la vida matrimonial!", dijo Jay con seriedad.

Esto la dejó atónita.

Si bien era consciente de que este tipo era bueno en la retórica, esto no evitó que fuera conmovida por sus palabras.

Como Jay había cortado maliciosamente la llamada de Josephine, ella se sintió muy inquieta.

Entonces empezó a pensar incontrolablemente, temiendo que tal como había dicho Rose, su hermano mayor quisiera asesinarla.

Josephine no tardó en llegar al Jardín del Diario.

Como nadie había prestado atención a los golpes en la puerta, dio una palmada en el panel de la puerta hasta que se estremeció.

"¡Abran la puerta!".

Jay salió con Rose en brazos, haciendo que Josephine se sintiera extremadamente avergonzada al ver la ternura entre los dos.

"Ejem...".

Jay la miraba fríamente con ojos afilados, aparentemente hasta convertirla en un colador. Más le valía dar una buena explicación a su descortesía.

"Eh...". Josephine esbozó una brillante sonrisa. "Cuñada, ¿por qué has colgado mi llamada?".

Rose señaló secretamente a Jay.