¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 485

La alegría se desbordó de los ojos de Jay.

Al ver la situación frente a él, Grayson decidió permanecer en silencio. Él tomó las recetas y empujó la silla de ruedas de su presidente.

Al echar al presidente de la habitación del hospital, Rose había ayudado con éxito a los pacientes hospitalizados menos afortunados a lidiar con el problema de los alojamientos nocturnos.

Los detalles de este acto se habían extendido rápidamente por todo el hospital.

Rose rápidamente se convirtió en una famosa cuidadora en el hospital, y los pacientes fueron especialmente amables con ella a cambio de su amabilidad.

Muchos pacientes habían comenzado a adorarla y admirarla, incluso pidiendo que fuera ella quien los atendiera.

Como resultado, Rose estaba extremadamente ocupada.

Esa noche.

Josephine encendió su monitor para encontrar a Imperio Sin Ocaso ya en línea y esperando.

Ella se burló de él, tecleando: ‘Estás ansioso, ¿no es así?’.

Imperio Sin Ocaso respondió con un signo de interrogación.

Celosa, Josephine escribió una línea de queja: ‘Que te jodan. Conmigo, apenas usas tus palabras, pero con ella hablas como si no hubiera un mañana. ¿Qué hay con este trato preferencial?’.

Imperio Sin Ocaso simplemente escribió: ‘¿Dónde está ella?’.

‘Trabajando horas extra’.

‘?’.

‘Desde que echó al presidente de Gran Asia de su habitación de hospital, se ha convertido en la cuidadora estrella de nuestro hospital. Los pacientes solicitan específicamente su cuidado, ¿sabes?’.

¡Imperio Sin Ocaso se quedó sin palabras!

En retrospectiva, él nunca debió haberse ido.

Rose arrastró su cuerpo exhausto a casa poco después.

Dejándose caer en su cama, se tumbó tendida sobre ella.

Josephine le respondió a Imperio Sin Ocaso, ‘Ella está de vuelta’.

Imperio Sin Ocaso escribió: ‘Haz que se conecte’.

Impero Sin Ocaso luego respondió: ‘Oh, por cierto, ¿viste a la persona que extrañabas hoy?’.

‘Lo vi gracias a los deseos. También pude hablar con él’.

‘¿Cómo te sientes?’.

Rose respondió: ‘Eufórica’.

‘Aunque…’.

Imperio Sin Ocaso preguntó: ‘¿Qué ocurrió?’.

Rose estaba abatida. ‘Creo que ya no me reconoce’.

Imperio Sin Ocaso, ‘…’.

¿Cómo podría no reconocerla?

Él solo fingió no hacerlo porque temía que se asustara si la reconocía.

Como tal, Imperio Sin Ocaso escribió: ‘Te hizo sentir triste. Qué bastardo’.