¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 548

Tormenta lo recibió y lo olió ligeramente, su expresión cambió. "¿De dónde sacaste esto?".

"¿Qué es?", preguntó Jenson.

Tormenta no quería enseñarles a los niños algo que no deberían aprender, por lo que se guardó el envoltorio de papel.

Jenson estaba descontento. “¡Esas son nuestras cosas!".

Tormenta respondió: "Lo mantendré seguro por ti".

"¿Con qué autoridad?", Jenson estaba molesto.

"Con la autoridad de que soy mayor que tú", respondió Tormenta.

"Un mayor que se mete con los niños".

"Desvergonzado”.

“...”. Tormenta se quedó sin habla.

Jenson dijo con madurez: "Aún si no lo dices, sé lo que es".

Tormenta miró fijamente a Jenson y le preguntó brillantemente: "Ya que ya sabes para qué sirve, ¿por qué aun así quieres que lo ponga en el desayuno de tu abuelo?".

Un indicio de rabia apareció en los ojos de Jenson. "Solo le estoy dando una muestra de su propia medicina".

Tormenta se quedó aturdido por un tiempo. “Jens, ¿a qué te refieres? ¿Jack pensaba hacerle eso a tu padre?”.

Jenson asintió.

Tormenta estaba furioso. Apretó el puño y escupió: "Jack Ares, cabrón desvergonzado".

Bebé Robbie miró a Tormenta confundido. "¿Nunca imaginé que un traficante como tú realmente tuviera sentido de la justicia?".

Jenson le dijo a Bebé Robbie: “No es un traficante. Es nuestro hermano, Tormenta".

Tormenta agrandó los ojos. "Jens, ¿cómo sabes eso?".

Jenson respondió: "Ese colgante tuyo, lo he visto alrededor de Papi. Papi me dijo antes que se lo estaba regalando al Hermano Tormenta".

No podía dejar de pensar en sus hijos. ¿Tormenta se los había llevado con éxito? ¿Habrían hecho berrinches los niños? Además, ¿cuándo volverían a verse?

"Joven Amo”. Sera dejó su desayuno en la mesa.

Jay asintió, se sentó a la mesa y comenzó a desayunar.

Después de terminar su desayuno, se frotó las manos como un noble y ordenó: "¡Regresa a casa!".

Sera estaba extremadamente preocupada. ¿Por qué Jay no mostraba ningún síntoma?

Se retiró con el desayuno terminado y miró a Jay un par de veces cuando se iba. Ella lo vio sentado en el sofá como un rey, su elegancia aristocrática e indiferencia llenando el aire.

Sera sintió un mal presagio, por lo que se apresuró a regresar al Anexo Sicomoro para informar a Jack.

“Viejo Amo Jack, el Amo Ares estaba completamente normal después de que terminó su desayuno. ¿Quizás notó algo?”.

Los ojos inyectados en sangre de Jack miraron fijamente a su preciada presa con sed de sangre. La expresión de sus ojos estaba llena de codicia que envolvía al mundo.