¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 696

Zayne se avergonzó. "Eh, viste a Josephine, ¿verdad? ¿Cómo está ella?".

El tono de Jay era indiferente con un toque de indignación. "¿Cómo puede sentirse? La dejaste".

Zayne se atragantó y sintió que las puntas de sus orejas ardían de humillación.

Pasó un momento y Zayne replicó sin limitarse: "¿Y tú? Tú también dejaste a mi hermana".

Los labios de Jay se separaron. Quiso decir ‘Eso es diferente’, pero se tragó las palabras.

"¿Cómo está la hija mayor de los Severe?", preguntó en lugar de eso.

Zayne respondió con un resoplido: "Relájate. No se va a suicidar por tu culpa".

"¿Entonces qué pasa con la huelga de hambre y las tendencias suicidas?", preguntó Jay.

"Oh, eso. Bueno, la huelga de hambre fue real, pero ella no es suicida. Estaba atiborrándose de comida cuando llegué. Se está dando un atracón, en todo caso". Con eso, Zayne le respondió rápidamente a Jay: "¿Te decepciona que mi hermana no intente suicidarse por tu culpa?".

El corazón de Jay finalmente se calmó al saber que Angeline estaba comiendo de nuevo.

Sin embargo, la teoría de Zayne sobre sus atracones hizo que Jay se preocupara por el intelecto de Zayne.

Jay colgó el teléfono.

Suspiró profundamente.

¿Toda esta farsa era un espectáculo que Angeline había montado para él?

Jay sintió que la cabeza le palpitaba de repente.

Al volver al apartamento, Angeline tiró de Josephine para que se pusiera delante de ella mientras le preguntaba encantada: "Te reuniste con tu hermano, ¿verdad?".

Josie esbozó una sonrisa agridulce mientras devolvía la mirada a los enérgicos ojos de Angeline. "Sí".

"¿Preguntó cómo estaba yo?". Angeline estaba más que emocionada.

Josie le dio unas palmaditas en la espalda a Angeline para reconfortarla. "Si no quieres irte, Hermana Angeline, entonces me quedaré contigo".

Cansada de llorar, Angeline levantó su rostro empapado de lágrimas. Sus ojos brillaron con rencor.

"Me niego a creer que tu hermano ya no me quiere".

Josephine preguntó: "¿Entonces qué quieres hacer?".

"Todavía tengo que ponerlo a prueba".

El corazón de Josephine se rompió de dolor mientras miraba fijamente a Angeline, la dama salpicada de una pizca de dulzura y cuyas mejillas eran más pequeñas que los orbes. "Déjalo ir, Hermana Angeline. Ya no nos quieren, así que tenemos que querernos a nosotras mismas".

Las lágrimas cayeron de los ojos de Angeline mientras fijaba su mirada en Josie. "¿Estás contenta con ese plan?".

"¿Cómo puedo rendirme tan fácilmente cuando he pasado tanto tiempo amando a una persona y le he dado algo tan precioso?”, contestó Josephine.