¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 71

Bebé Robbie se quedó sin palabras y se burló de Josephine. “Tía Josephine, tienes demasiada fantasía. Es una lástima que no te dediques a la escritura”.

Josephine quiso tirar de la oreja a Bebé Robbie por instinto. Cada vez que peleaba con Jenson como una niña, ella le tiraba de la oreja por costumbre. Jenson escaparía de su agarrón y le dirigiría una mirada en protesta. Sin embargo, el que estaba sentado aquí era Bebé Robbie, quien había aprendido Taekwondo. Su primera reacción ante la violencia no era escapar sino aplicar lo que había aprendido.

Bloqueó la mano de Josephine que se acercaba, le devolvió un golpe, y le agarró la mano muy fuerte. Luego él presionó sus articulaciones, lo cual hizo que Josephine gritara de dolor.

“Ah… ¡Esto es demasiado doloroso! ¡Jenson, suéltame!”.

Bebé Robbie soltó a Josephine. Ella agitó las manos dolorosas y miró a Jay con un acento de queja. “Hermano, has visto lo que ha pasado por aquí, ¿verdad? No lo creíste cuando te dije que tu querido bebecito sabía Taekwondo. ¿Ahora me crees?”.

Jay miró a Bebé Robbie sorprendido. La agilidad que mostró 'Jenson' fue diferente a la de una persona normal. Sus movimientos eran tan rápidos y precisos que sus propios guardaespaldas podrían tener dificultades para superar a Bebé Robbie en términos de velocidad.

Bebé Robbie se levantó del sofá a escondidas y quiso correr hacia arriba por las escaleras.

“Jens, ¿cuándo aprendiste Taekwondo?” La voz de Jay le siguió.

Bebé Robbie detuvo sus pasos, se dio la vuelta y sonrió tímidamente a Jay. “¡Papi, no sé Taekwondo! Simplemente no me gusta que la tía Josephine me tire de la oreja tanto y usé sin querer demasiada fuerza. Fue una cuestión de huida o lucha, en serio…”.

Jay estaba de acuerdo con esta explicación, por lo que no interrogó más. Sin embargo, había un signo astuto en la mirada de Jay mientras observaba a Bebé Robbie. De repente dijo: “Ve a prepararte. Te llevaré a Papa John 's”.

Bebé Robbie festejó esta buena noticia saltando con mucha felicidad.

Al contrario, Josephine parecía estar como una piedra y miraba confusa a Jay. “Hermano, ¿no te preocupa que otros piensen que Gran Asia se dirija hacia la bancarrota?”.

La cara madura de Jay mostró una sonrisa muy segura de sí mismo. “¿Crees que todos mis socios comerciales son tan inocentes como tú?”.