¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 788

"¿Por qué estás aquí?", preguntó Angeline conmocionada.

Finn miró fijamente al Cole Yorks semidesnudo y sonrió siniestramente. "Por órdenes del presidente, debo castrar a este b*stardo".

Cole frunció el ceño. "¿Y mis hombres?".

Finn respondió: "El presidente los ha derrotado a todos".

Cole se quedó asombrado. "¿Qué tan hábil es este lisiado?".

Angeline le lanzó una almohada a Cole con un gruñido de enfado. "No lo llames lisiado".

Cole tiró a un lado la almohada y comentó con desánimo: "¿Por qué eres así? ¿Te deja y todavía lo defiendes?".

Angeline replicó: "No es asunto tuyo".

Ya que sabía que Jay Ares estaba abajo, Angeline se abalanzó inmediatamente sobre la puerta y corrió escaleras abajo.

Angeline se paró frente a él mientras Jay entraba en las puertas principales de la villa.

"¿Por qué estás aquí?". El tono de Angeline estaba lleno de una alegría apenas disimulada.

Jay recorrió sus afilados ojos de águila sobre ella, sin saltarse ni un detalle. El hielo que había en sus ojos, que amenazaba con tragársela entera, era más que espeluznante cuando observó el cabello desordenado y la ropa alborotada de ella.

"¿Por qué estás aquí?", le preguntó él.

Su tono era sorprendentemente frío.

"Yo...".

Justo en ese momento, los gritos de ayuda de Josephine sonaron mientras Jay hablaba en un tono feroz. "Me repugna la falta de consideración que hay detrás de tu mal comportamiento. ¿Por qué tienes que corromper a mi hermana?".

Cualquier alegría anterior que Angeline sintiera se iba con cada sílaba que él pronunciaba.

Se estremeció débilmente. Ella también era una víctima.

"¿Estás aquí para salvar a Josephine?", murmuró ella.

Su frágil figura retrocedió dos pasos.

"¿Qué pasó?", preguntó Jay, angustiado.

Tanto Finn como Cole bajaron las escaleras con pesar, con las cabezas gachas.

Finn se arrodilló ante Jay. "La Señorita Angeline corrió hacia nosotros mientras Cole y yo nos peleábamos arriba, Sr. Presidente. No fuimos capaces de retirar nuestros puños a tiempo y terminamos hiriéndola a ella”.

"¡Mi*rda!", rugió Jay.

Jay levantó a Angeline de la espalda de Josephine. El remordimiento se apoderó de él al ver la sangre que goteaba de su nariz.

Fueron sus palabras las que la llevaron a hacer algo tan estúpido.

"Vamos, Finn".

Cole no hizo ningún movimiento para detenerlos.

Se sentó sin vida en las escaleras recordando y lidiando con el extraño flujo de emociones que estaba sintiendo.