¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 927

Carson apareció frente a él con el informe de la prueba genética de Cole y Bebé Zetty. “Señor, el informe muestra que tu y la dueña del cabello realmente son parientes”.

La bolsita bordada que Cole tenía en la mano cayó al suelo.

Su rostro cálido y apuesto reveló una pizca de desesperación. Luego sacó las cuatro tarjetas de mortalidad de su bolsillo.

Las pupilas de halcón de Carson se contrajeron. “Señor, los que tienen una tarjeta de mortalidad generalmente no vivirán a menos que...”.

La mirada de Cole se posó en los nombres escritos en la tarjeta de mortalidad. “Ellos morirán o se convertirán en miembros de la familia Yorks”.

Hubo un asesino de la Organización del Juicio Final que una vez perdonó a alguien cuyo nombre estaba en la tarjeta de mortalidad debido a la compasión, causando grandes problemas debido a eso.

Por lo tanto, su abuelo estableció un principio firme.

Siempre y cuando el nombre de una persona estuviera escrito en la tarjeta de mortalidad, esa persona sería capturada y asesinada.

Si el asesino estaba enamorado de ellos, entonces solo había una forma de mantenerlos con vida: convirtiéndolos en miembros del Juicio Final.

Cole le arrojó las tarjetas de mortalidad de Angeline, Jenson, Bebé Robbie y Bebé Zetty a Carson, separó los labios y dijo con voz determinada: “Toma las tarjetas de mortalidad, captura a los cuatro y tráemelos”.

Carson atrapó las cartas de mortalidad. “Sí, Señor”.

Cuando se dio la vuelta para irse, Cole dijo de repente: “Recuerda, Carson. Estaré directamente a cargo de la vida y la muerte de estas cuatro personas”.

Carson se sorprendió un poco. “Sí, Señor”.

Residencia de los Severe.

Como un gato, Finn yacía postrado en el techo donde estaba Bebé Zetty.

Él siguió las instrucciones de Jay y vestía un traje overol negro, una capa con capucha negra y un anillo en el dedo medio izquierdo grabado con la inicial J de Juicio Final.

Su misión era proteger a Bebé Zetty por el resto de su vida.

Esta fue la encomienda final que el Presidente Ares le había dado antes de su fallecimiento.

Después de recibir un duro golpe por el incendio del Chalet de Turmalina, Finn dejó a un lado todo su dolor y tristeza y los convirtió en fuerza. Se comprometió a cumplir con el último deseo del presidente.

El día pasó lentamente.

Luego vino la noche.