¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 975

Angeline le confesó de repente diciendo: “Me gustas”.

La expresión de Jay estaba llena de rechazo. “No me interesa”.

La boca de Angeline se abrió un poco... La sensación de fracaso la golpeaba como nunca antes.

“¿No lo pensarás un poco?”.

Jay la miró como si le estuviera diciendo en silencio: ‘¿Por qué perder el tiempo en algo como esto?’.

Angeline hizo un puchero, pero aún así persistió y comenzó a presumir. “Soy una buena persona, sabes. Soy estudiosa, rica y sé consentir a alguien. Hay innumerables hombres en Capital Imperial a los que les gusto”.

¡Las comisuras de la boca de Jay se torcieron con fuerza!

“¿Estás segura de que esos hombres no te persiguen solo por tu dinero?”.

Angeline respondió: “Imposible. Soy la mujer más atractiva en toda la Capital Imperial”.

Jay miró el nuevo ‘Libro Definitivo de Personajes Famosos’ que acababa de comprar y que estaba en la mesa de estudio con los labios torcidos. “Eso es porque eres el alfa número uno en la lista”.

Angeline: “...”.

La conversación se había detenido en seco.

Angeline pensó que su coqueteo había fallado por algo que había hecho al comienzo de la conversación.

Decirle ‘me gustas’ a un hombre era demasiado anticuado.

“Mientras puedas aceptarme, puedo darte dinero, mucho dinero”, dijo Angeline con una mirada insatisfecha en su rostro.

¡Al diablo, el dinero era de él de todos modos!

¡Todo el dinero desperdiciado volvería eventualmente!

Jay estaba furioso mientras miraba a Angeline con el ceño fruncido y decía: “No estoy en venta”.

Angeline respondió: “¡Entonces te daré mi dinero y a mi misma!”.

Jay: “...”.

Después de un tiempo, las emociones de ambos se calmaron.

Angeline no pudo hacer nada cuando él dijo que era un ‘hombre casado’.

Jay puso los ojos en blanco y dijo con frialdad y sin piedad: “Por favor, no me busques de nuevo en el futuro”.

“¿No podemos ser amigos?”.

El razonamiento de Jay podría poner los pelos de punta a una persona. “Una semilla con moho se debe matar antes de que tenga la oportunidad de germinar”.

Angeline se puso furiosa cuando escuchó esto. Se puso de pie y apretó los dientes. “Te vas a arrepentir de esto”.

“No existe tal cosa como ‘arrepentimiento’ en mi diccionario”.

Angeline se rio maniaticamente. “Si te arrepientes, vuelve y suplícame. Yo…”, ella quería decir algo brusco, pero un conjunto diferente de palabras salió de su boca en su lugar. “Todavía te consentiré como una loca”.

La expresión de Jay era fría. “Puedes irte ahora”.