Bueno, No Fue Mi Mejor Momento romance Capítulo 42

Por la noche, tras terminar sus compromisos, mi suegro me vio en casa y charló un poco conmigo. Luego, entró en materia.

"Charlotte, ¿has considerado trabajar en la empresa?", me preguntó.

Me cogió por sorpresa. Luego compartió conmigo sus pensamientos. Me explicó que estaba presionando a Valentino para que se ocupara de los asuntos de la fábrica de químicos lo más rápido posible. Había oído que Valentino estaba persiguiendo a una chica recientemente, por lo que quería mantenerlo ocupado con este proyecto.

El reacondicionamiento de la fábrica de químicos era un gran trabajo que requería colaboración con el gobierno. Una vez que Valentino se ocupara de este proyecto, no tendría tanto tiempo para estar con mujeres.

Pensaron que eso no era suficiente. Mi suegro y mi suegra estuvieron de acuerdo en que yo también debería trabajar en la empresa de la familia Soler, específicamente en la sede central con Valentino, para disuadir a las mujeres que se acercan a él. En realidad, Valentino es quien está interesado en otras mujeres. Y yo no tengo experiencia laboral. Mi sueño actual es convertirme en una violonchelista.

En mi vida pasada, mis suegros siempre fueron justos conmigo, pero nunca me favorecieron especialmente. Los regalos que les di en esta vida parecen haber tenido un gran impacto.

"Charlotte, sabemos que no te interesa el mundo de los negocios, de lo contrario, tu familia también tendría una empresa, no necesitas entrar necesariamente en Soler International CO. Solo queremos que tú y Valentino estén juntos de por vida, sin que nada exterior rompa este matrimonio. Tómalo con calma y piénsalo, no necesitamos una respuesta inmediata". Mi suegra lo dijo suavemente.

Me conmovieron. Estoy realmente preocupada de que al final no sea Valentino a quien extrañe, sino a ellos.

"Está bien. Lo pensaré bien y luego les daré una respuesta". Asentí.

Después de hablar un rato, ya era tarde. Volví a mi habitación para descansar. Esta era la habitación de Valentino. Después de casarnos, se convirtió en nuestro dormitorio, pero rara vez volvíamos juntos, y rara vez dormíamos juntos.

La habitación de Valentino es grande, con un baño independiente, un armario, un balcón e incluso una sala de juegos.

En la habitación hay algunas cosas de su época de estudiante. Entre ellos hay un álbum con fotos de él y sus amigos.

Alberto es el que aparece más en las fotos. Después de hojearlo un rato, dejé el álbum en su lugar con cierta tristeza. El siempre guapo Valentino jamás sería mío, por lo que cuanto más lo veía, más frustrada me sentía.

Debido a la preocupación de mis suegros, y mi propio interés en acercarme a ellos, esta vez me quedé en su casa cuatro días antes de regresar a Santa Bárbara.

Mi suegra siempre ha amado la vida de campo. Había desbrozado un huerto en el patio trasero y había incluso criado algunas gallinas allí. Antes de irme, llenó el maletero de mi coche con las verduras que había cultivado ella misma, así como con algunas gallinas vivas.

"Rubén, conduce con cuidado. Charlotte, envíame un mensaje cuando llegues a casa". Mi suegra me lo recordó.

"Está bien. Me voy entonces". Asentí.

"¡No se preocupe!". Rubén prometió seriamente: "¡Conduciré con cuidado!".

Ella nos vio alejarnos. Calculé que llegaría a casa alrededor del mediodía para almorzar, pero no estaba segura de si Luisa estaba preparada. No sabía cuándo volvería a casa. Cuando desperté, escuché a Rubén llamándome: "Señora, hemos llegado".

Me froté los ojos, me estiré y luego le dije: "Saca todo lo que está en el maletero con mucho cuidado”.

Después de decir eso, bajé del coche. Algunos sirvientes en el jardín estaban podando las plantas. Cuando me vieron, me saludaron. Luisa estaba entre ellos. Inmediatamente se acercó, "¡Señora, estás de vuelta! ¡Voy a cocinar ahora mismo!".

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