No mucho después del Año Nuevo, ya me habían dado de alta del hospital.
La verdad es que me aburría bastante en el hospital y como ya estaba totalmente recuperada, decidí adelantar los trámites del alta.
Rubén me llevó de vuelta a Gran Arce. Los empleados me prepararon un almuerzo abundante. Me llené tanto que sentí que recobraba fuerzas de nuevo.
De pronto, Eduardo me llamó y dijo: "Señorita Charlotte, ¿cómo estás? Fui a visitarte al hospital pero me dijeron que ya te habías ido".
"Edu, ¿cómo sabías que estaba en el hospital?" pregunté sorprendida, ya que no había compartido esa información en las redes sociales.
Eduardo se quedó callado unos segundos antes de responder y luego dijo: "Chloe me lo contó esta mañana".
¿Por qué Chloe le había contado a Eduardo sobre mi accidente? Recordé que ella había mencionado que Eduardo tenía sentimientos especiales hacia mí. Por lo que comencé a entender su intención. ¿Quería que yo y Eduardo tuviéramos algo?
Justo en ese momento, también recibí una llamada de Valentino. Despaché a Eduardo con unas pocas palabras y atendí la llamada de Valentino.
Me regañó y dijo: "¿Por qué no me dijiste que te habías ido del hospital?"
"¿Fuiste al hospital?" pregunté.
"¿Qué más iba a hacer?" Valentino sonaba bastante enfadado y luego me dijo: "¡Perdí mi tiempo por nada!"
De repente lo entendí todo. Chloe sabía que Valentino iba al hospital esa mañana, por eso le contó a Eduardo sobre mi hospitalización. Así, los dos hombres se encontrarían en el hospital. Lástima que no contó con que yo me iría antes de tiempo.
No podía creer lo astuta que se había vuelto.
Valentino ya había colgado y yo no volví a llamar.
En invierno, los días eran cortos y la noches largas. No me levanté hasta la tarde. Después de ponerme un abrigo, caminé hasta el muñeco de nieve en el jardín.
El muñeco de nieve ya estaba un poco deforme. Debido a las grandes nevadas de los últimos días, se había hinchado hasta casi perder su forma.
"Señora, hace mucho frío afuera. Debería entrar", uno de los empleados me sugirió amablemente.
"No te preocupes, estoy bien abrigada", le sonreí y luego dije: "Ve a preparar la cena. No tengo mucha hambre, puedes hacer cualquier cosa".
"Sí, señora".
Una vez que el empleado se había ido, retrocedí un par de pasos para mirar la mansión que se alzaba ante mí como si fuera un castillo. Antes pensaba que era el nido de amor entre Valentino y yo. Pero en ese momento me di cuenta que era más como una gran jaula en la que me había quedado voluntariamente durante cinco años.
Durante estos cinco años, no había hecho otra cosa que añorar a Valentino y esperarlo.
Mónica disfrutaba flirteando con chicos guapos, Bárbara siempre había estado luchando por ser una estrella del pop, y Alicia había estado trabajando duro por su carrera. Pero yo, después de dejar a Valentino, me sentí extremadamente vacía por dentro.
Pensaba que quizás después del divorcio debería planear qué hacer. ¿Debería seguir persiguiendo mi sueño de la música o debería regresar a la empresa familiar para ganar experiencia?
De todas formas, no volvería a ser la secretaria personal de Soler International CO.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que Valentino estaba parado detrás de mí.
"Suspiré profundamente y me di la vuelta para irme. Cuando vi a Valentino, grité de sorpresa y me llevé la mano al pecho diciendo: "¡Me asustaste! ¿Eres un fantasma o qué?"
"¿Qué hiciste mal que te sientes tan culpable?", Valentino puso las manos en los bolsillos de su abrigo. Tenía una bufanda de cuadros blanco y negro alrededor del cuello, la cual había sido hecha a mano, le quedaba muy bien.
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