Entrar Via

Cállate/Cállame BL romance Capítulo 13

Ambos continuamos en silencio, los minutos han avanzado, pero continuamos callados tratando de identificar si estamos en la misma sintonía, la situación sin duda es muy poco usual, no nos hemos visto hace dos semanas y me dice esa clase de cosas ¿cómo se supone que debo reaccionar?

Si no me lo dice claramente, mi mente comenzará a pensar en otras cosas, puede que incluso él esté buscando molestarme, incluso quizás aquel sujeto le dijo que lo estaba siguiendo, por eso intenta convencerme de volvernos una pareja para que no diga nada en caso de que sea culpable.

Bueno, sé que es un poco rebuscado, pero podría ocurrir, no creo estar tan loco como para crear situaciones imposibles, además él ni siquiera ha dicho que le gusto ¿Cómo lo tomaré en serio si no me lo dice?

–No sé si estás jugando o si hablas en serio– hablé por fin, cortando el silencio que se estaba formando entre los dos.

–Quizás con esto logres averiguarlo… –susurró poniéndome debajo de su cuerpo para besarme de una forma lenta.

El beso era bueno, incluso lograba erizar mi piel hasta el punto de hacerme sentir un remolino en el vientre, lo peor es que todavía no sabía qué significaba, sé que puedo sonar muy idiota, sin embargo, él siempre ha sido la clase de sujetos que juega mientras mantiene una expresión seria, muchas veces me aseguraba cosas muy creíbles, pero que acababan siendo mentira.

Nosotros siempre hemos molestado al otro, somos competitivos y nos gustaba humillar, ridiculizar y hasta asustar al otro, por ello, bajo mi punto de vista mi subconsciente se mantenía alerta, no podía creerle, de hecho, no sé si seré capaz de creerle si me lo dice directamente.

Allan mordió mi labio inferior de una manera gentil acabando con el beso, sus ojos nuevamente me miraron esperando una respuesta, así que un poco agobiado e incrédulo decidí buscar una explicación.

–Sabes que no te creeré ¿verdad? –pregunté– hemos pasado muchos años molestando al otro como para que pueda creerte.

–¿Y qué debo decir para que si lo hagas? –me preguntó acercando su mano hasta mi mejilla.

–Que te gusto– dije bromeando, realmente no esperaba que estuviese dispuesto a decirme algo tan vergonzoso como eso.

–Me gustas, Ethan– dijo con total tranquilidad, consiguiendo que mi corazón se acelerara– y sí, ya sabía que no me creerías, pensaba decirlo en otra situación, pero no esperaba encontrarte aquí y ciertamente, si no lo decía, sabía que tendría que seguir esperando hasta que quisieras verme– añadió explicándose y de cierta forma, convenciéndome– nunca sé lo que piensas, a veces siento que juegas, otras que hablas en serio, así que sí, entiendo que no me creas justamente porque si fuera al revés, tampoco podría creerte.

–¿Y aun sabiendo esto quieres una relación conmigo? –pregunté.

–Sí, no quiero que alguien se me adelante– respondió.

–¿Debo ser fiel? –pregunté fingiendo estar agobiado, pero en realidad quería ocultar la emoción de mis palabras.

–Obviamente– respondió viéndome con cierto enfado.

–¿Eres consciente de que seguramente pasaremos varios días sin vernos? –pregunté queriendo que él esté seguro sobre esto.

–Sí, lo sé perfectamente– respondió.

–¿Y qué tendrás que quererme incluso fuera de la cama…?–continué preguntando y este me besó con tal de callarme.

–En serio, ya sé todo lo que necesito saber, así que, por favor, respóndeme de una vez– pidió casi angustiado.

–Está bien, acepto– dije con una sonrisa, viendo como sus labios rápidamente correspondían mi sonrisa.

A decir verdad, no sé qué tan mal resultará esto, pero al menos sé que no me he quedado con las ganas de intentarlo, si debo lamentarme, supongo que es mejor lamentarme por lo que pasó y no por lo que pudo haber pasado.

Por supuesto que tampoco planeaba darle todo tan fácil, ahora mismo me tiene desnudo bajo su cuerpo, sin embargo, le exigí que durmiera en su cama, yo no quería tener sexo ahora, al menos no hoy, sentía que le quitaría la seriedad de la situación, aunque no me iré de aquí hasta tener sexo en la cárcel, supongo que es una fantasía que se me acaba de ocurrir.

Sé que nuestra relación no varía mucho ahora, soy consciente de que seguiremos tal y como hasta ahora hemos estado, sin embargo, al menos no me sentiré tan mal por tener sexo con él, de todas formas, dijo que le gustaba y eso me da más tranquilidad cuando pienso en terceros.

Por supuesto que todavía tengo inquietudes con respecto a él, hay cosas que aún no comprendo y claramente me mintió cuando me dijo que no tenía hermanos, pero supongo que tiene razones para haber dicho eso, quizás no se llevan bien.

A la mañana siguiente, cuando desperté un guardia me avisó que abriría la puerta para cuando quisiéramos salir, normalmente ellos les abren las puertas a los reclusos y le exigen salir, por ende, en este caso, me decía “cuando quieran”.

Sabía que nadie nos molestaría ahora, así que como era temprano me metí en la cama de mi ahora novio. No puedo evitar reír cuando dijo “novio”, me suena tan extraño, supongo que debo acostumbrarme al nuevo título que nos define, aunque no prometo que sea pronto, todavía se me vuelve muy extraño pensar que estoy en una relación con él.

Lo bueno es que, la cama es pequeña y este en medio de sus sueños me envolvió con sus brazos aferrándome contra su cuerpo, pronto me sentí muy a gusto, de hecho, hacía un poco de frío, pero como compartíamos nuestro calor mis ganas de ser productivo desaparecieron.

De cierta forma, trabajar por mi cuenta sin tenerlo de compañero es muy beneficioso, nosotros constantemente nos distraíamos y a pesar de que era mi trabajo investigarlo, varias veces perdía horas de trabajo por su culpa, sobre todo cuando estábamos besándonos o manoseándonos.

Ahora sé que debo trabajar, tengo que levantarme para ver si hoy consigo conocer “al pez gordo”, pero cinco minutos más no hará daño ¿o sí? A demás el agua está fría, si quiero agua caliente debo encaminarme a las duchas que utiliza el resto y definitivamente no se me apetece ser acosado mientras trato de bañarme.

…Una hora después…

Ya es mediodía, dije que me quedaría cinco minutos más a su lado, pero terminé durmiéndome y cuando desperté sentía como acariciaba mi cabello casi con ternura. No me quería levantar, aunque esta vez sí lo hice, o al menos lo hice luego de darnos varios besos.

Para ducharnos, claramente lo hicimos juntos, no teníamos muchas ganas de hacerlo con agua fría, de cierta forma lo tratábamos de evitar mientras nos cepillábamos los dientes, pero cuando ya nos metimos bajo el grifo, no estaba tan mal, al menos era soportable.

–¿Qué planeas hacer ahora? –quise saber, una vez que terminamos de alistarnos y salimos de nuestra celda.

Podía notar como Allan analizaba al sujeto de pies a cabeza, supongo que al igual que yo, analizó los puntos que necesitaríamos golpear para tumbarlo en caso de una pelea, es algo básico que nos enseñaron en la academia, por lo que ahora lo hacemos casi de forma inconsciente, de todas formas, Allan entró a una edad temprana a este mundo al igual que yo.

Seguir al sujeto grande fue fácil, sin embargo, una vez que entramos en una gran habitación visualizamos a varios sujetos observándonos al asecho, mientras que el aparente jefe se encontraba sentado al medio de todos ellos. No cabe duda de que ese es el pez gordo que estamos buscando, tenía su propio espacio y casi tenía una casa en la cárcel, aquel sitio parecía otro mundo e incluso percibía un ligero aroma de vainilla, como si alguien se estuviese haciendo un té.

–Así que tú eres Ethan– murmuró el líder de aquellos hombres– he oído que has creado mucho interés en los hombres de este lugar, por no decir que todos quieren poner sus manos en ti.

–¿También planeas darme protección a cambio de que sea tu perra? –pregunté un poco aburrido de lo mismo.

–No, prefiero a los omegas– me respondió antes de mirar a sus hombres– pero a mis hombres no les importaría jugar contigo– añadió.

Casi de forma instintiva miré a los sujetos que lo rodeaban, riéndome por la forma en la que sonreían al mirarme, casi desnudándome con la mirada, mientras claramente mi ahora novio los mira con enfado, fulminándolos con la mirada.

Según lo que he oído, cuando un alfa se pone realmente celoso deja salir sus feromonas con tal de suprimir los deseos que pueda tener su rival, yo nunca he estado lo suficientemente celoso como para dejar salir mis feromonas, sin embargo, él lucía enfadado, parecía que deseaba competir con cualquiera que quisiera ponerme una mano encima.

De cierta forma me sentía curioso por ver hasta qué punto puede llegar a ser posesivo, todos los alfas lo somos, pero nunca pensé que se volvería posesivo por otro alfa, algo que me hace sentir orgulloso, de todas formas, ese alfa soy yo.

Lo curioso es que el resto de sujetos que había a nuestro alrededor comenzaron a competir por quién tenía las feromonas más dominantes, normalmente las feromonas de otros alfas nos desagradan, yo me sentía incluso asqueado al sentir una ola de feromonas golpeando mi cara, sin embargo, cuando sentí las feromonas de Allan me sentí seducido.

No cabe duda de que sus feromonas son las más dominantes, predominan frente a las demás y aquellos bastardos se mostraron un poco intimidados, las feromonas son casi una forma de decir “La tengo más grande” aunque en realidad no tiene nada que ver.

El líder de aquellos bastardos dio la orden para “encargarse” de Allan, claramente eso significaba que deseaban sacarlo para tener cierto camino libre para sus lujuriosas intenciones, pero no contaron con el hecho de que terminaríamos creando cierto disturbio llegando al punto de pelear contra todos ellos.

–Esto…–jadeé exhausto viendo un considerable número de hombres inconscientes a nuestro alrededor– ¿lo puedo considerar un momento romántico…? –pregunté con cierta dificultad, mis nudillos dolían, incluso ciertas zonas de mi cuerpo me dolían, pero al menos ganamos.

–No tiene nada de romántico…– dijo jadeante, podía ver sus nudillos igual de rojos que los míos, incluso con manchas de sangre.

El líder de toda aquella banda estaba atónito, a él no lo hemos tocado aún, nuestro plan era dejarlo para el final con tal de conseguir la información que necesitamos, aunque antes de sacarle información, tomé del cuello de la camiseta color naranja de Allan con tal de apegarlo a mis labios y besarlo de una forma dulce, queriendo convertir este momento en algo romántico.

–Ahora lo es…–jadeé dedicándole una sonrisa tras cortar el beso.

Allan me miró casi embobado, incluso sentí sus ganas por besarme otra vez, sin embargo, nos centramos en nuestro trabajo, entre más pronto terminemos, más pronto podremos marcharnos.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Cállate/Cállame BL