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Cariño, por favor cásate conmigo romance Capítulo 17

Las pestañas de Natalia se agitaron en shock.

«¡Oh no! ¡Samuel ya vio mi cara! ¡No puedo ocultarlo más!».

Arrugando las cejas, Samuel preguntó:

—¿No estás filmando en Villa del Sol?

-Villa del Sol... Filmando...

«¿Qué no Cristian está filmando su drama allí? ¿Significa esto que me confundió con esa mujer?».

Su pregunta fue respondida justo al segundo siguiente.

-Vanara Nava, ¿me estás acosando? -Preguntó Samuel con frialdad y un matiz peligroso.

Natalia se calmó y reunió sus pensamientos.

«Me confundió con Vanara, y sabe que está filmando en Villa del Sol. Esto significa que está cerca de ella. Si se da cuenta de que no soy Vanara, Vanara sabrá que sigo viva. ¡No debo revelar mi identidad ahora! Como ya me ha confundido, tendré que seguirle el juego».

Giró su muñeca para liberarse del agarre de Samuel, pero fue en vano. Suspiró resignada.

—Samuel, ¿puedes soltarme la muñeca? Me lastimas.

No se había dado cuenta de lo melosa que era su voz y de cómo sus ojos estaban llenos de queja. Era como un gatito herido, tan suave y dócil que él podría mirarla por siempre.

La mirada de Samuel seguía clavada en ella, pero su agarre se había aflojado.

«Nunca había visto a Vanara tan animada. En mi memoria, siempre ha sido mimada y débil. Se comporta de forma sofisticada. Aunque sus miradas y sus sonrisas son practicadas y refinadas, no despiertan mi interés».

Natalia dejó escapar un siseo de dolor al comprobar su muñeca magullada.

Levantando las cejas, Samuel volvió a preguntar con frialdad:

—Todavía no has respondido a mi pregunta. ¿Por qué estás aquí?

-Porque te extraño. -Ella lo miró con ojos inocentes, cristalinos y brillantes—. Tenía algo de tiempo libre en mis planes hoy, así que vine a escondidas para verte. Pero no quería que te enteraras.

«¿Yanara siempre ha sido tan linda? ¿Tan tentadora que ya no soy capaz de formar ningún pensamiento racional?».

Tras un contacto tan estrecho con Natalia, una corriente de deseo lo recorrió.

Todo lo que necesitó para que su corazón se acelerara fue bajar la cabeza y mirarla.

Su nuez de Adán subió y bajó mientras miraba sus suaves y tentadores labios. Parecía que le atraían para probarlos.

Natalia trató de apartarlo para ponerse de pie por sí misma, pero antes de que pudiera reaccionar, él la había envuelto en sus brazos, se abalanzó y capturó sus labios.

—¡Mmf!

Sus ojos se abrieron de golpe mientras miraba a Samuel con incredulidad.

«¿Cómo diablos puede ser un misógino?».

Samuel la agarró por la cintura con tanta fuerza que ella no pudo escapar de su abrazo. Era como si fuera a moldearla en su carne. En poco tiempo, sus lamentables labios se habían vuelto rojos e hinchados tras ser violados por él.

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