Mark se rio:
—Ashley, la principal razón por la que odias a Vivian es que Fabian aún la ama, ¿tengo razón?
Nadie podía ocultar nada a ese hombre astuto.
—Así es —admitió—. ¡Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para hacer sufrir a Vivian!
Mark estaba bastante sorprendido por el giro de los acontecimientos. Al principio, pensó que no sería fácil deshacerse de Finnick cuando Vivian lo rechazó. Sin embargo, ahora que Ashley se ofreció a trabajar con él, podría cambiar las cosas.
—¿Tienes algún plan? —preguntó—. Como todos sabemos, Finnick es un hueso duro de roer.
Ashley esbozó una sonrisa malvada y reveló sus planes:
—Finnick es, en efecto, un hueso duro de roer, pero Vivian es bastante crédula. ¿No lo crees?
—¿Oh?
Mark entrecerró los ojos. A pesar de ser un hombre despiadado, Finnick sentía debilidad por Vivian. Tuvo que admitir que Ashley tenía razón; ella era la única grieta en la armadura de Finnick. Como no estaba dispuesta a colaborar con él, no le quedaba más remedio que destruirla junto a su marido.
—Entonces, ¿cuál es tu plan exacto? —preguntó.
Ashley respondió con otra pregunta:
—Señor Norton, ¿qué cree que es lo más importante para Vivian y Finnick?
A Mark le picó la curiosidad, así que le hizo una señal a Ashley para que siguiera. Al ver que su suegro empezaba a confiar en ella, reveló de inmediato su plan con lujo de detalles.
Sus ojos se iluminaron tras escuchar el plan de Ashley. Tuvo admitir que a veces los hombres y las mujeres piensan de forma diferente. A diferencia de él, que pensaba desde el punto de vista de los negocios, ella había enfocado el asunto de una manera muy diferente. Aunque su plan le parecía un tanto turbio y rastrero, tenía que reconocerlo, ya que podía darles a Finnick y a Vivian donde más les dolía. Le serviría para darle la vuelta a la tortilla si su plan funcionaba.
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