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Casado dela noche a la mañana romance Capítulo 91

Sin dejar de mirar a Finnick, Vivían no tuvo más remedio que ponerse la ropa. La noche anterior cuando llegó, Molly le había preparado algo de ropa para que se pusiera al salir. Eso porque cuando se casaron, él había ordenado a sus sirvientes que le consiguieran un montón de atuendos; pero como esos trajes eran demasiado caros, ella no se atrevía a usarlos demasiado por miedo a verse como una persona de clase alta.

La ropa que Molly le había dejado era una de ellas. Un vestido de tirantes que se veía ordinario, pero en realidad estaba hecho de materiales exquisitos y confeccionados de forma meticulosa, adornando a su portadora con una elegancia impecable cuando lo llevaba.

El único defecto del vestido era que, al ser de tirantes, el chupón de su cuello quedaba visible. Como no tenía ningún corrector de maquillaje a mano, se conformó con unos toques de su base para cubrirlo. Después de hacer todo lo que pudo, se obligó a bajar las escaleras con Finnick.

En el comedor, el anciano señor Norton estaba acompañado a ambos lados por Mark y Fabian, así como por Ashley. Todos los presentes estaban en medio de su desayuno. Al ver que Finnick llegaba tarde, Mark le miró fijo y se quejó:

—Finnick, llegas tarde. ¿Cómo pudiste dejar a tu abuelo esperando?

-¿No empezó a comer sin mí? -replicó Finnick con sarcasmo, mientras su silla de ruedas se deslizaba despacio hacia el lado de la mesa, continuó con timidez-: Anoche estuve un poco ocupado, por eso me acosté tarde.

Al oír la frase «un poco ocupado», todos los presentes en la mesa parecieron hacerse a la ¡dea. Casi al mismo tiempo, se volvieron hacia Vivían, que estaba a su lado. Y desde donde estaba sentado, el viejo Sr. Norton vio la marca distintiva en su cuello. Sus ojos se iluminaron de inmediato mientras ordenaba eufórico al Sr. Zane, que estaba a su lado:

—Sr. Zane, ayúdeme a buscar el nido de aves que traje del extranjero hace un tiempo. Hiérvalo y dele un cuenco a la

Sra. William.

Sintiéndose halagada, Vivían respondió de inmediato:

—Gracias, abuelo.

Al ver cómo el viejo Sr. Norton se preocupaba tanto por Vivían, Mark mostró un ligero descontento. Pero la más evidente fue Ashley; los celos eran evidentes en sus ojos, ya que la llama de la envidia ardía con fuerza en su interior. Fabian no pudo evitar mirarla también, percatándose de la evidente marca roja en su cuello.

En ese instante, sus manos bajo la mesa se apretaron de forma involuntaria y su cuerpo se tensó. Aunque hacía tiempo que sospechaba que algo debía de haber ocurrido entre Finnick y Vivían, ver a ambos con sus propios ojos le hacía sentirse inquieto. Era como si hubiera un monstruo dentro de él que rugía de rabia. No solo eso, cuando miró la cara sonrojada de Vivían y su mirada de satisfacción, no pudo evitar imaginar lo que podría estar haciendo con Finnick la noche anterior.

Capítulo 91 1

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