Casado sin más romance Capítulo 10

Era casi como ella lo recordaba, aunque los ángulos de su rostro eran más agudos, y había perdido la juventud que tenía durante sus años universitarios. La forma en que se comportaba también era mucho más madura y firme. Sin embargo, lo que más había cambiado era la expresión de su rostro. Había desaparecido la calidez que ella recordaba haber visto en él todos los días. Lo único que quedaba era una mirada dura y severa.

En ese momento, escuchaba los informes de sus subordinados. De vez en cuando, asentía con la cabeza y pronunciaba algunas órdenes. Ni una sola vez su mirada se posó en ella, mientras el grupo a su lado y entraba en el despacho del editor en jefe.

A Vivian se le fue el color de la cara. «Fabian Norton... ¿Por qué ha vuelto? Hace dos años, se había ido de repente, sin siquiera despedirse. ¿Por qué ha vuelto ahora?», pensaba.

Habían pasado dos años. Ya había renunciado más o menos a su relación fallida. Sin embargo, la abrupta reaparición de él en su vida seguía haciendo que olas de emociones se estrellaran contra ella sin descanso, amenazando con ahogarla por completo.

Ni siquiera sabía si él la había reconocido como ella a él, a primera vista. Ante eso, una sonrisa de autodesprecio curvó sus labios. «¿Importa si me reconoce o no? Él y yo... Estamos destinados a estar separados. No hay forma de que volvamos a ser como antes...», se dijo.

El resto del día transcurrió en una bruma de inquietud y preocupación. Le preocupaba que Fabian la reconociera. Pero la realidad pronto demostraría que sus preocupaciones eran infundadas; porque al ser nuevo en su puesto, Fabian se mantuvo ocupado en reuniones con los distintos departamentos. Y se producían cambios en la empresa.

En una de las reuniones, escuchó con atención, mientras los redactores principales hacían sus informes, dando un comentario u orden aquí y allá. Ni una sola vez prestó atención a Vivian, que estaba sentada en el extremo de la mesa.

«Parece que se ha olvidado de mí... Pero supongo que eso es lo que se espera de alguien como él. Si yo hubiera sido valiosa en su vida, no se habría ido sin decir una palabra hace dos años. Tampoco he sabido nada de él desde entonces», rememoró.

Las horas pasaron con una lentitud angustiosa para ella, hasta que por fin llegó la hora de salir del trabajo. Como no quería quedarse en la oficina ni un segundo más, se apresuró a agarrar su bolsa y se preparó para salir. Pero para su desgracia, la editora jefe la llamó de repente:

—Espera, Vivian. ¿Podrías llevarle este documento al Sr. Norton por mí, por favor? Dale un informe verbal también.

Vivian se puso rígida antes de darse la vuelta despacio para mirar a la otra mujer. Su voz era un poco suplicante cuando dijo:

—Lesley, tengo que atender algo urgente en casa. ¿Podrías...?

Su editora principal, Lesley Jenson, ya estaba de mal humor por una reunión anterior en la que la habían reprendido. Así que al oír la negativa de Vivian, un terrible ceño fruncido torció su rostro.

—Así que te crees mejor solo porque has conseguido entrevistar al presidente del Grupo Finnor, ¿es eso?

Con las agudas palabras que se le habían escapado a Lesley palpitando en el aire, Vivian no tuvo más remedio que responder:

—No seas tonta, Lesley. Ahora mismo se lo llevo.

Agarró el documento de Lesley y se dirigió al despacho de Fabian. De pie frente a la puerta, respiró hondo varias veces para calmarse antes de levantar la mano para golpearla.

Toc, toc.

Ese simple movimiento parecía haberle quitado toda la energía.

—Adelante.

Al oír su voz familiar invitándola a pasar, empujó la puerta y entró.

Capítulo 10 Fabian ha vuelto 1

Capítulo 10 Fabian ha vuelto 2

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