Cásate conmigo de nuevo romance Capítulo 1816

Tanto si estaba en sus cabales como si se había vuelto loco, nadie podía obligar a Jacky a cambiar su decisión, ni siquiera Deanna. Después de una noche, Deanna renunció y decidió no entrometerse. Los médicos continuaron cuidando a Santiago para que recuperara la salud al darle la medicina más efectiva y logró un progreso prometedor.

Además, Raeleigh hizo personalmente algunos tónicos para la salud de Santiago.

Se agitó a las cuatro o cinco de la mañana y empezó a hacer sopa con los ingredientes que había comprado. Cuando la sopa estuvo lista, despertó a Santiago para tomarla.

Santiago parecía estar privado de fuerzas. Poco después de levantarse, siguió durmiendo. Raeleigh solo podía sentarse al lado para acompañarlo. La misma rutina se prolongó durante más de diez días. Sólo entonces Santiago bajó del desván. Luego, llevó a Raeleigh al hospital en Waverly Village de inmediato.

"¿A qué venimos aquí?" Raeleigh se paró afuera del hospital con una expresión desconcertada. Primero evaluó a Santiago, pensando que se había estado recuperando muy rápido. Ahora que estaba bien, no había necesidad de que vinieran al hospital. Aunque solo habían pasado una docena de días, Santiago había ganado peso. Ya no parecía frágil. Volvió a su estado físico original.

Raeleigh de repente tuvo la sensación de que los pacientes vegetativos tenían algo bueno: se recuperaban más rápido que los pacientes con otras enfermedades después de volver a la vida, y todo lo que necesitaban era solo nutrición.

Santiago lanzó una mirada a Raeleigh y caminó hacia el hospital para buscar a los neurólogos.

Raeleigh fue llevada a la sala de consulta. Santiago se sentó y empujó la mano de Raeleigh, preguntando: "Dime el resultado. ¿Hay alguna forma de curarlo?".

La mano izquierda de Raeleigh había sido inhabilitada. Santiago lo sabía desde siempre.

Los médicos negaron con la cabeza. "No hay milagro".

El milagro había ocurrido una vez antes, pero Raeleigh no lo apreciaba. Como no se alimentaba lo suficientemente bien, su brazo estaba incapacitado.

Raeleigh retiró la mano y la movió. Podía hacer cualquier cosa con él, pero no podía sostenerlo por mucho tiempo, como sostener una regla. Por lo tanto, no podía dibujar líneas, ni podía diseñar los planos.

Santiago se apoyó en el asiento. "Puedo echarlos a todos de aquí".

La gente a su alrededor se quedó en silencio porque no había nada que pudieran hacer, incluso si Santiago los mataba a todos.

Después de una docena de minutos de silencio, Raeleigh se puso de pie y salió primero de la habitación.

Cuando Santiago salió, Raeleigh estaba mirando hacia abajo desde la azotea del hospital.

De pie allí, podía tener una vista panorámica de Waverly Village.

De hecho, este pueblo ofrecía un gran atractivo estético, especialmente cuando había un frescor en el aire a principios de la primavera.

Raeleigh observó un lugar distraídamente. Santiago se detuvo detrás de ella y ella dijo: "En realidad, mi condición actual está bien para mí. Al menos, tu hermano no me obligará a hacer nada que no me guste".

"No estás viviendo para mi hermano. Estás viviendo para ti mismo. ¿Por qué deberías renunciar a tu talento?"

"¿Y tú? ¿No estás viviendo para otra persona?"

Raeleigh se dio la vuelta, mientras que Santiago se quedó inmóvil. No habló pero enfocó sus ojos en las personas alrededor del hospital. Como era el hospital de Xanthus, Raeleigh no quería crear problemas aquí.

"Vámonos. Podemos hablar después de que volvamos". Raeleigh tiró de Santiago con fuerza. Al salir del hospital, Raeleigh tenía la intención de regresar, pero Santiago le pidió a Jacky que le diera un auto. Después, la echó.

Santiago llevó a Raeleigh a examinarse en cada hospital de toda la Ciudad Capital. Cada vez, los médicos sacudían la cabeza. Más tarde, un médico mayor le dijo a Santiago que si quería curar a Raeleigh, la última esperanza era buscar un chamán. Ella podría recibir un ritual de curación del chamán.

Santiago salió del hospital y regresó al pueblo con Raeleigh.

Cuando regresaron, Jepherson estaba fuera del pueblo. Sin embargo, no podía entrar, por lo que solo podía quedarse afuera.

Al verlo, Raeleigh también se sorprendió mucho. No había visto a Jepherson en más de medio mes, pero vino de repente.

Salió del auto y miró a Raeleigh. Su coche estaba aparcado a la entrada del pueblo. Si Raeleigh no lo atravesaba, no podría ingresar a Waverly Village.