Cásate conmigo de nuevo romance Capítulo 430

Una mujer se echó a llorar frente a su esposo, tratando de ganarse la simpatía de su esposo actuando patéticamente. Jenna sintió que iba a vomitar de disgusto. Sintió un nudo en la garganta y se sintió increíblemente incómoda.

Ella le lanzó una mirada fría.

"Jenna, ¿qué te parece esto? Puedes hacer lo que quieras. No debemos permitir que aquellos que no conocen las reglas permanezcan en la empresa. Eso es una violación de la integridad". Después de escuchar lo que dijo, Hansen entendió de inmediato lo que sucedió y dijo lo que pensaba.

Jenna levantó las cejas y le dedicó una sonrisa enigmática mientras miraba a Liya.

En este momento, el rostro de Liya se desanimó.

"¿Qué tal esto? Puedes dejar tu diseño aquí. Te dejaré saber mis pensamientos una vez que los haya revisado. Puedes irte ahora. Recuerda revisar el código de conducta de la compañía. Espero que no repitas tu errores en el futuro", dijo Jenna a la ligera. Todo lo que Jenna hizo fue mirarla y sonreír. No le guardaba rencor.

¿Eso fue todo? Liya estaba un poco sorprendida. Pensó que Jenna la echaría de la empresa frente a Hansen. Después de todo, ella estaba tratando de seducir al Sr. Richards hace un momento. Sin embargo, para su sorpresa, Jenna no la despidió ni la castigó. La dejó ir incluso después de que Hansen dijera que podía hacer lo que quisiera.

Por primera vez, sintió que Jenna no era tan simple como pensaba. Ella no tenía un alto estatus social, conexiones o antecedentes familiares poderosos, pero pudo hacer que Hansen se enamorara de ella y se convirtiera en su esposa. Ella debe ser alguien muy inteligente, con un alto EQ y IQ.

El pensamiento cruzó por su mente y decidió enmascarar el odio que sentía hacia ella. En cambio, forzó una sonrisa e hizo una reverencia, mostrando que estaba agradecida y dijo: "Gracias, Sra. Murphy, por dejar pasar el asunto. Me despediré primero".

"Claro, puedes irte", dijo Jenna con indiferencia con una sonrisa en su rostro.

Jenna la vio desaparecer de la vista antes de darse la vuelta.

No la despidió aunque sus errores fueron suficientes para que lo hiciera, ya que en ese momento recordó lo dicho por Vivian. Recordó que Vivian mencionó que estaba llena de culpa por alejar a la mujer y a su hija.

Era muy probable que Liya fuera la niña de la que Vivian había hablado. Liya probablemente era la hija de la mujer que siguió a Claude a casa y luego fue expulsada de Richards Manor.

Después de considerar lo que dijo Vivian, cambió de opinión. Además, no había necesidad de despedirla por una tontería como esta. Era innecesario.

Aunque el incidente le había dejado una mala impresión, no deseaba alejarla tan fácilmente.

Tenía todas las razones para creer que Liza tenía motivos ocultos para ir a trabajar a Richards Group. Uno de ellos era seducir a su marido.

Era mejor colocarla en algún lugar bajo su supervisión directa, que ahuyentarla y permitirle hacer un movimiento a sus espaldas, para que pudiera vigilarla y observar lo que estaba tramando.

Ambos habían pasado por muchos altibajos en el pasado. No creía que Hansen se enamorara de una mujer como ella.

Ella encontró difícil de creer.

Además, quería demostrar que no había desperdiciado su amor y esfuerzo en la persona equivocada.

"Jenna, ¿la estás dejando ir así como así?" Hansen se sorprendió de que Jenna no la castigara y dejara pasar el asunto tan fácilmente. Por lo tanto, no pudo evitar preguntar.

"Por supuesto, me pediste que la dejara ir por tu bien. Al menos debería respetar tu decisión", respondió Jenna con confianza, levantando la cabeza mientras se reía.

"No, gracias. No te pedí que la dejaras quedarse". Hansen levantó las cejas y sonrió. Ignorando lo que ella dijo, estiró sus brazos para abrazarla.

Jenna actuó de inmediato y lo esquivó. Ella levantó la cabeza y lo miró con orgullo.

"Jenna, ¿vas a decirme otra vez lo que piensas?" Hansen apretó los dientes y exigió. Su corazón la añoraba pero no logró abrazarla.

"¿Cuál es la prisa? Tengo algo de qué hablarte. Será mejor que hables en serio". La expresión de Jenna era solemne e inclinó la cabeza mientras lo miraba.

"¿Qué pasa?" Hansen la miró desconcertado.

Jenna entrecerró los ojos mientras lo miraba. Su mirada era fría. "Dime la verdad. ¿Estabas planeando traicionarme?"

Hansen se quedó atónito por un momento y casi se echó a reír cuando vio su expresión.

"Mi querida esposa. Solo tengo ojos para ti en este momento. Nadie más podría llamar mi atención. ¿Por qué te traicionaría? Por favor, habla con sentido común", exclamó Hansen.

"Entonces, ¿no me traicionarás incluso si alguien te seduce? ¿Estás seguro?" Los ojos de Jenna se abrieron como platos cuando preguntó en un tono más serio.

"Por supuesto. Además, ¿quién se atrevería a seducirme? Todos en el mundo saben que tengo una esposa hermosa. ¿Quién en el mundo tendría las agallas para venir y seducirme? ¿Quieren ser humillados? Qué tontería indescriptible !" bromeó Hansen.

"Hmph, la adulación no te llevará a ninguna parte". Jenna se rió pero continuó. "No lo creo. Estoy bastante seguro de que Liya quería seducirte. Estaba muy entusiasmada con eso".

Hansen suspiró cuando escuchó lo que ella dijo. Él frunció el ceño. "Jenna, tú contrataste a Liya. Tú fuiste quien dijo que deberíamos mantenerla. No tuve nada que decir desde el principio ni sé lo que pasó. Incluso si la conocía en el pasado, todo fue cuando nos éramos solo niños. Apenas recuerdo nada. Esto no significa nada".

"Por supuesto que no significa nada". Jenna resopló con desdén. "Sin embargo, incluso si no estás interesado en ella, ¿qué harías si continúa molestándote?"