"¡Hansen…!". Jenna dio un paso atrás mientras su rostro se sonrojaba. ¿Por qué había hecho eso sí había mucha gente observándolos? ¿Cómo podía ignorar que la gente de cualquier cosa hacía un chisme? Para empezar, su relación no era normal, pero aún así, él no cuidaba la forma de dirigirse a ella.
"Hansen, ya te traje el agua, deberías beberla, la he enfriado para ti", Aria se acercó de inmediato y se colocó entre ellos, de manera que todo lo que Jenna podía ver era la espalda sexy y las caderas de Aria.
" Gracias". Hansen parecía tener mucha sed y se terminó todo el vaso de agua. Luego, le entregó el vaso al personal que estaba a un lado y abrazó a Aria por los hombros, sonriendo, "Aria, por favor comparte tus planes con nosotros".
Aria estaba encantada. Se escuchó su sonrisa, "Hansen, prometiste que te acompañaría en el escenario. Que no se te olvide".
"Por supuesto". Mientras la tranquilizaba, Hansen miraba a Jenna que estaba parada detrás de ella.
Aria con gran felicidad volvió a explicar los preparativos para la conferencia de prensa.
"Sobre eso, Aria, mueve la promoción de los diseños de autos al momento cumbre. Además, deja diez minutos para que Jenna haga su presentación", dijo con indiferencia. Aunque su tono era suave, no había lugar para objeciones.
"Hansen, ¿por qué? Esto afectará la firma del contrato", exclamó Aria, sorprendida.
"Por supuesto que no lo afectará". Jenna se quedó impresionada por el ingenioso arreglo de Hansen. Originalmente, ella solo quería hacer la presentación, pero Hansen organizó todo para que se presentara en el momento más importante del evento. Definitivamente produciría resultados extraordinarios. "No afectará el flujo del evento y dará a los autos una gran exposición. Es el arreglo perfecto", agregó.
Había una leve sonrisa en su rostro, casi imperceptible. En los negocios, Hansen era realmente inteligente. No era por casualidad que sus negocios tuvieran éxito. Él era la razón del éxito.
"Hansen, estoy a cargo de toda la organización de la conferencia de prensa. Nunca antes habías desaprobado mis planes. ¿Lo estás haciendo por ella?". Se quejó Aria con tristeza, mientras, la expresión en su rostro era de molestia.
"Es mi última palabra. Está decidido", el tono de Hansen se volvió más duro, mientras la sonrisa en su rostro se desvanecía gradualmente. Le dijo: "Todavía tengo algo que hacer, por favor coopera con la señorita Murphy".
Cuando terminó de hablar, sonó su teléfono. Respondió a la llamada mientras metía una de sus manos en el bolsillo del pantalón, para luego alejarse con lentitud.
Aria parecía avergonzada mientras miraba con furia a Jenna.
“Señorita Mcadams, la arrogancia es una enfermedad. Tienes que curarla. No pretendas saberlo todo. Esto no lo verá bien tu amado. Alguien como Hansen no se dejará engañar por tus artimañas", le dijo Jenna con indiferencia mientras veía la mirada asesina de Aria.
"Jenna, no te adelantes. Pase lo que pase, él no se enamorara de tí, eres alguien a quien Hansen ya ha olvidado. Yo no lo permitiré", juró Aria en su furia.
"¿Será eso cierto?", Jenna se rió a carcajadas, "Bueno, no puedo hacer nada si no te agrado. Hansen fue quien me contrató. Me rogó que fuera su diseñadora. ¿Qué puedo hacer? ¡Le gustan mis diseños! Hablando de esto”, Jenna dio un paso adelante, "No necesito que te preocupes por mis diez minutos. Una mujer superficial como tú no podrá entender mis diseños. Por lo tanto, realmente no necesito que intervengas en nada…"
Jenna apartó la mirada de Aria después de eso tomó un programa y lo leyó. Le preguntó a uno de los empleados: "¿Quién está a cargo de la proyección de video? Dígale que me busque en el departamento de diseño".
"Sí, señorita Murphy". Como Hansen ya había dado su permiso, el personal accedió al instante.
Los ojos de Jenna se iluminaron y había una sonrisa cautivadora en su rostro. Levantó un poco la cabeza al pasar junto a Aria. “Señorita Mcadams, a diferencia de alguien que se basa en conspiraciones y artimañas para atraparlo, yo, sí fui la esposa legítima de Hansen, y ahora no me importa que estés enamorada del hombre que yo rechacé, te deseo suerte, espero que puedas conseguirlo, aunque la verdad ¡lo veo muy difícil!".
Jenna sonrió, sacudió la cabeza y se alejó.
" Jenna..." Aria se estremeció completamente. Su rostro estaba pálido y su corazón se sentía como si fuera a estallar. Casi se desmaya.
Algunos miembros del personal se reían discretamente de la escena.
"Sr. Richards, sobre los dos autos que me pidió que investigara. Uno de ellos todavía está estacionado en el recinto del ayuntamiento de Ciudad A. Originalmente era utilizado por el secretario de la ciudad, pero debido a medidas restrictivas, dejó de usar el automóvil. El otro automóvil estaba originalmente estacionado en la Corporación Automotriz Montaña Verde, pero extrañamente, el automóvil desapareció. No se pudieron encontrar rastros de él", informó Alvin mientras permanecía de pie lleno de dudas.
"¿Qué?". Hansen levantó la cabeza en estado de shock. "Cómo que no está estacionado en la Corporación Automotriz Montaña Verde? ¿Cómo es posible que desapareciera sin dejar rastro?".
"Sí, Sr. Richards, también pienso que es extraño". Alvin no pudo ocultar su incredulidad y dijo con extrañeza: "Después de eso, llamé a Calvin y le dije que usted me había enviado. Calvin me llevó, buscamos por todas partes, pero no pudimos encontrarlo. Sin embargo, noté algunas cosas sospechosas".
Hansen tenía las manos entrelazadas. Se inclinó en su silla y su mirada se volvió escéptica.
Jenna había estado preguntado repetidamente por esos dos autos, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué querría ella conseguir esos dos coches?
Aunque en la noche anterior ella había dejado en claro que ya no los quería, Hansen se sintió confundido. Los dos coches eran modelos antiguos. Ya no tenían ningún valor para la Corporación Richards. Además él, no era tacaño. Le prometió darle los autos, así lo haría. No quería deberle un favor.
Esa mañana, había ordenado a Alvin que trajera el auto de la Corporación Automotriz Montaña Verde. Pensaba regalarle uno de los coches esa noche. Sin embargo, Alvin le trajo la noticia cuando casi era hora de salir del trabajo. Le sorprendió.
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