Cásate conmigo de nuevo romance Capítulo 600

"Simplemente no tiene sentido. Vivian debe haber estado demasiado enferma para pensar con claridad. No debería contar para el testamento". Marissa negó con la cabeza en señal de objeción.

El Sr. Pringle dijo con seriedad: "Señora, la revisión escrita a mano por Vivian fue consistente y clara. No parece que ella la haya escrito cuando su juicio estaba nublado. Solo con esto, su declaración no tiene ninguna base legal".

Las palabras del Sr. Pringle fueron como una bola de espinas rodando hacia Jenna. De repente sintió dolor en todo el cuerpo.

¿No era un poco increíble que Vivian le pidiera a Hansen que tomara a Liya como su segunda esposa e incluso agregara esto a su testamento?

¿Por qué Vivian, que siempre la había adorado, la trataría de esa manera?

¿Podría Jenna seguir siendo feliz en la vida si Hansen realmente tomara a Liya como su segunda esposa?

¿Cómo podría haber terminado así incluso después de todo el esfuerzo que hicieron para evitar que esto sucediera?

Jenna se sentó allí aturdida.

"Esto es imposible." Hansen apretó los dientes y aterrizó un puño sobre la mesa, donde estaba colocado el testamento. Sus ojos estaban rojos mientras seguía negando la realidad.

Esto definitivamente no fue idea de Vivian. Alguien debió imitar su letra y añadirla al testamento. Vivian no sería tan tonta. El Grupo Richards ya no tenía nada que ver con Liya. No tenía sentido que Vivian le pidiera que tomara a Liya como su segunda esposa.

Su puño estaba apretado con fuerza. Se sintió horrible. En ese momento, recordó algo e inmediatamente corrió hacia Jenna.

Jenna todavía estaba sentada allí aturdida, como si no hubiera entendido lo que escuchó.

Hansen se acercó a ella y la abrazó.

Jenna levantó la vista confundida, mirando directamente a su tierna mirada.

Se miraban el uno al otro, expresando todo su amor a través de sus miradas intercambiadas.

Hansen le dedicó una sonrisa alentadora.

Jenna tardó un tiempo en devolverle una sonrisa finalmente.

"Jenna, déjame llevarte de regreso a la habitación para que descanses", le susurró suavemente Hansen al oído. Su cálido aliento agitó algo dentro de ella.

Hansen preferiría que Jenna no escuchara nada sobre la lectura anterior. De esa manera, podría haberse sentido más a gusto.

Jenna asintió obedientemente y lo siguió de regreso a su dormitorio.

Se sentaron en el borde de la cama en silencio.

Era como si hubiera pedazos de hielo crepitando en el aire antes de desmoronarse. Incluso podían escuchar los latidos del corazón del otro en el aire.

"No deberíamos haber regresado hoy", dijo Hansen a la ligera.

De hecho, qué bueno sería si todavía estuvieran en Collier Manor. ¡Todavía estarían en sus dulces sueños!

En cambio, ¡regresaron!

"Hansen, ¿por qué Vivian hizo tal testamento?" Jenna tiró de las mangas de la camisa de Hansen y preguntó inocentemente: "¿Podría ser que siempre quiso que te casaras con Liya?".

Hansen se dio la vuelta y la miró. Él le dio unas palmaditas en la cabeza mientras tragaba saliva y dijo: "Jenna, no seas tonta. Vivian es inteligente y sabia. ¿Por qué aceptaría dejarme casarme con alguien como Liya? Esto es simplemente absurdo. Estoy seguro de que hay algún malentendido en esto. No te preocupes. Encontraré una manera de investigar esto".

Él la atrajo a su abrazo y suspiró suavemente.

"No te preocupes. Sería un tonto casarme con alguien como Liya. Incluso si el testamento de Vivian fuera legítimo, incluso si ella realmente lo revisó mientras estaba completamente consciente, no te preocupes por eso. Nunca estaré de acuerdo con eso. De todos modos, es solo el derecho de herencia. Puedo vivir sin él. Tú y nuestros hijos son suficientes para completar mi vida. Podemos comenzar desde cero. Esos activos no significan nada para mí ", dijo Hansen casualmente mientras la consolaba. .

Jenna lo miró. Su rostro resuelto, sus ojos brillantes y su compromiso solemne la hicieron sentir en paz.

Ella creyó en sus palabras. Ella enterró la cabeza contra su pecho.

Más tarde en la noche, en Richards Manor, algunos grillos formaban un coro con las ranas en el patio. Era una vista rara y preciosa estar tan cerca de la naturaleza dentro de una ciudad urbana.

Hansen se dirigió a la sala de recepción del Ink Garden.