Cásate conmigo de nuevo romance Capítulo 812

"Hansen, Jenna ha pasado por muchas dificultades. Espero que la trates bien, la aprecies y le brindes una vida feliz y pacífica. ¿Puedes prometerme eso?" Lilian no pudo evitar sentir un nudo en la garganta mientras intentaba terminar la frase.

El corazón de Hansen se hundió instantáneamente.

"Abuela, todo lo que le pasó a Jenna fue porque no cumplí con mi deber como buen esposo. Te prometo que de ahora en adelante no le daré nada más que felicidad. Quiero que sea la niña más afortunada del mundo. Por favor confía en mí." Hansen le hizo una promesa a Lilian en un tono serio.

Lilian confió en la promesa que Hansen le hizo porque en ese entonces en Ink Garden, él había hecho una promesa. Le había prometido que Jenna sería la única mujer para él en esta vida y se las había arreglado para cumplir su promesa durante más de un año.

"Hansen, confío en ti", dijo Lilian en voz baja y colgó el teléfono.

"Quina, ¿tenemos algo arreglado por Naciones Unidas?" Después de un rato, Lilian se giró para preguntarle a Quina, que estaba parada a su lado.

Quina entendió las intenciones de Lilian y respondió al instante: "Señora, UNICEF realizará un evento pronto. Debería aprovechar esta oportunidad y hacer un viaje a Srirano, ya que hay muchos niños desfavorecidos allí".

Un destello de luz brilló en los ojos de Lillian. Luego, asintió y dijo: "Entonces está decidido. Partiremos hacia Srirano pasado mañana".

"¿Qué pasa con la señorita Sara?"

"Dado que la condición de Sara prohíbe los viajes largos, la llevaré a la Ciudad A una vez que regrese aquí. Hansen es un hombre después de todo y hay algunas cosas que puede perderse cuando se trata de cuidar a una mujer". Además, me siento mucho mejor manejándolo sola", respondió Lilian.

Al ver que Lilian ya había tomado una decisión, Quina inmediatamente sonrió y dijo: "Señora, es una abuela tan responsable. No se preocupe, iré a hacer los preparativos ahora mismo".

Lilian suspiró y dijo: "Quina, no tienes idea. Si me hubiera reunido con Sara y Jenna antes, tal vez estos horribles incidentes no hubieran sucedido".

Quina asintió y dijo en voz baja: "Señora, Dios tiende a hacernos pasar por dificultades, para que podamos aprender a ser fuertes. Es posible que todas estas experiencias no hayan sido del todo malas para Jenna porque nunca ha sido una mujer común. Yo creo que ella tendrá un futuro exitoso. O tal vez todo esto fue solo el destino. Señora, no debería ser tan dura consigo misma al respecto ".

Lilian asintió mientras escuchaba. Ella permaneció en silencio.

"¡Jerry! ¡Jerry!" En la oscuridad sin fin, las imágenes pasaron por la mente de Jenna en sus sueños. Ella comenzó a llorar en voz alta.

"Mamá, estoy aquí", dijo Jerry en un tono infantil mientras se inclinaba sobre la cama y extendía su pequeña mano para agarrar la mano de Jenna.

Jenna abrió los ojos.

La cara de bebé de Jerry apareció frente a ella.

Su frente estaba cubierta de sudor mientras miraba la cara de Jerry, perdida en sus pensamientos.

"Mamá, ¿no me reconoces? Soy yo, Jerry". Jerry tomó un pañuelo de papel de la cabecera y le limpió suavemente el sudor de la cara. Él la miró fijamente con sus redondos ojos negros.

Después de un momento, murmuró: "Jerry, Jerry". La manita del niño le acarició la frente como una brisa primaveral. Era suave y cálido. Sintió una sensación de calidez inundando su corazón.

La noticia de la visita de Lilian a Srirano se difundió rápidamente a través de todos los medios de comunicación.

La condición de Jenna finalmente mejoró. Se las arregló para comer algo durante la noche, bajo el cuidado de Jerry y Hansen. La madre y el hijo durmieron en los brazos de Hansen toda la noche. Su fiebre no resurgió de nuevo.

Después del desayuno del día siguiente, Hansen hizo arreglos para que Marissa y Jerry vieran el espectáculo de elefantes en las calles de Srirano para que pudieran descubrir más sobre la cultura de Srirano.

El sol de invierno era cálido y pacífico, con rayos claros y brillantes, pero no había calor.

Hansen ayudó a Jenna a ponerse un abrigo de visón rosa y le tomó la mano. Fueron a caminar por un pequeño río en Srirano.

"Jenna, el hombre de negro que te secuestró ha sido deportado por la policía de Srirano. No te preocupes, nunca volverá a suceder". Su gran palma frotó suavemente la mano de Jenna y le pasó el calor de su cuerpo a ella.

"Hansen, gracias por salvarme". Jenna se detuvo y lo miró. La imagen traumática de esa noche pasó por su mente y sintió que le dolía la cabeza. Rápidamente cerró los ojos con miedo.

Pronto, la escena aterradora fue reemplazada por una especie de calidez que la hizo sentir segura. Cuando estaba agotada, este hombre a su lado la había salvado. Entonces, la había cuidado mucho y la había mantenido protegida a su lado.

En los últimos días, aunque diferentes tipos de imágenes aparecían en su mente al azar, sin importar cuán doloroso fuera el recuerdo, se disiparía bajo el cálido abrazo y el amor de este hombre, hasta que ya no sintiera miedo.

Nunca había pensado que su sentido de confianza en este hombre sería tan profundo y fuerte.