Castigado por su amor romance Capítulo 1058

Era absolutamente necesario conocer a Sebastian.

Ella, Lily Parker, era la verdadera novia de Alex y su única esposa en esta vida. Era importante que todos la reconocieran como tal.

Por supuesto, la persona de la que primero necesitaba el reconocimiento era Sebastian.

Lily había escuchado a Alex mencionarlo en el pasado. Sin embargo, Sebastian estaba en el extranjero en ese momento, por lo que nunca tuvo la oportunidad de conocerlo. Ella solo sabía que Sebastian era el hermano de Alex.

Tiempo después, Lily se fue al extranjero, por lo que ya no hubo posibilidad de conocerlo.

Esto le dio la ventaja a esa p*rra, Jane, que era su sustituta.

Escuchó que Jane acompañaba a menudo a Alex a las cenas con sus mejores amigos.

Ahora que ella, la verdadera esposa, había regresado, la primera persona a la que tenía que conocer era Sebastian.

¡Tenía que lograr que él la reconociera como su cuñada!

Después de despedirse de Emma, ​​Lily se fue directamente al Grupo Ford.

Casualmente, en ese momento Alex acababa de salir de la compañía en ese momento. Tenía que discutir con Sebastian sobre cómo lidiar con el Viejo Amo Shaw y cuál sería su posible próximo movimiento contra Sabrina.

Era difícil para Sebastian llevar a cabo todas las cosas por sí mismo.

No porque tuviera miedo del anciano, tampoco porque quisiera salvarlo.

Sino porque Sebastian no quería actuar precipitadamente y alertar al enemigo.

Como no podía enfrentarse al Viejo Amo Shaw por la fuerza, entonces debía ganar con estrategias.

Por lo tanto, Alex se encargaría de las cosas que Sebastian no podía hacer.

Lily llegó a la recepción del Grupo Ford mucho después de que Alex se marchara.

"¿Puedo saber a quién está buscando, Señorita?". Cuando la recepcionista vio a aquella mujer, que vestía un enterizo, y que parecía fría y arrogante, no se atrevió a subestimarla.

Lily ni siquiera la miró, solo dijo: "Dígale a Sebastian Ford que salga a recibirme".

La recepcionista se sorprendió.

En Ciudad del Sur, casi nadie se atrevía a llamar a Sebastian por su nombre.

Por supuesto, la Señora Ford era una excepción.

A veces, la pequeña princesa, Aino, también podía ser una excepción.

Sin embargo, la recepcionista no sabía quién era la mujer que tenía enfrente.