Castigado por su amor romance Capítulo 1081

"La mejor manera de extraer tus órganos sería hacerlo cuando estés muerta".

Sabrina sintió un escalofrío recorrer su espalda de tan solo imaginarlo.

"Porque contigo muerta, podrían tomar lo que quisieran sin preocuparse por las consecuencias. Cuando mi padre se enteró del plan del Viejo Amo Shaw, accedió a ayudarlo de inmediato".

Su corazón se hundió al instante ante sus palabras, pero de todas formas, consoló a Sebastian. "No culpes a tu padre. Después de todo, la influencia del Viejo Amo Shaw en la familia Ford es enorme".

Sebastian soltó una risa. Su padre tenía mucho que pagar, pero no ahora.

"Así que...". Sabrina miró a su esposo. "... ¿Ya nadie vendrá por mis riñones?".

"Ya nadie vendrá por tus riñones".

La pareja se volvió para mirar a la misma vez hacia la entrada del hotel, y justo entonces, entraron dos personas. Eran Marcus y el Viejo Amo Shaw.

Sebastian les pidió que no los siguieran porque no quería enfurecer a la madre de Sabrina. Sin embargo, su paz solo fue algo temporal, porque el Viejo Amo Shaw y Marcus hicieron caso omiso a su orden, ellos querían solucionar las cosas cara a cara. Sebastian no se quedó sin hacer nada, decidió contactar a los padres de Marcus.

El anciano entró junto con Marcus y vio a la pareja sentada en el vestíbulo, por lo tanto, con la ayuda de su nieto, se acercó a ellos.

"Sabrina...". Marcus la llamó con vacilación.

Marcus sacudió la cabeza en silencio, sin saber qué decir en ese momento. Ni siquiera sabía si su tía, a quien habían estado buscando durante tantos años, aceptaría a los Shaw como su familia al final.

"¿Padre?". El padre de Marcus llamó al Viejo Amo Shaw, pero el anciano solo pudo bajar la mirada mientras guardaba silencio.

Entonces, se dio la vuelta para mirar a Sebastian y Sabrina. "Sebastian, Señorita... Señorita Scott, ¿eres... eres la verdadera nieta de mi padre?". Si esto era cierto, él no podía encontrar la más mínima señal en la expresión de Sabrina que sugiriera que quería relacionarse con ellos.

"Lo siento, pero no lo soy", negó Sabrina con firmeza, tal como lo predijo el padre de Marcus.

De repente, alguien gritó desde el segundo piso. "Sabbie, terminé de cambiarme".