Castigado por su amor romance Capítulo 1161

Más tarde, él escuchó que podía llegar a ganar mucho dinero trabajando en el Sur, así que Noah consideró ir a la ciudad metropolitana de la Ciudad del Sur para conseguir trabajo.

Pero, ¿y su madre? Más tarde, Noah preparó un plan. Un vecino honesto suyo podría cuidar de su madre. Una vez que encontrara un trabajo, enviaría dinero a su casa, pagando una parte a su vecino como sus honorarios por cuidar de su madre.

Noah era un hombre trabajador, constante e inteligente. No mucho después de llegar a la gran ciudad de Ciudad del Sur, consiguió un trabajo. Sin embargo, era un trabajo en una fábrica de ropa. Y era un puesto de costurero. No muchos hombres ocupaban este puesto, era principalmente un trabajo de mujeres, a los hombres les parecía vergonzoso. Pero Noah no tenía tiempo para pensar en todo esto, necesitaba ganar dinero en el menor tiempo posible para poder enviar dinero a casa y mantener a su madre.

En un año, Noah consiguió ganar más de diez mil dólares con su trabajo en la fábrica de ropa. Solo ahorró dos mil dólares como gastos de subsistencia para sí mismo, enviando todo el dinero restante a su madre.

Ese año, Noah no fue a casa a celebrar el Año Nuevo. Quería quedarse allí un poco más, y después de ganar un poco más de dinero, regresaría a casa y no se iría nunca más. Luego, él esperaba conseguir una esposa en su ciudad natal, para formar una familia y cuidar de su madre.

Pasó otro año, Noah había ganado más de veinte mil dólares. Juntando el dinero, Noah decidió regresar a casa. Hace veinte años, veinte mil dólares se consideraba una suma de dinero bastante grande. Al menos de esta forma, cuando se casara, sería una cantidad respetable para obsequiarle a la familia de la novia como regalo de bodas. Sin embargo, cuando regresó a casa, Noah nunca esperó encontrar a su madre en tal condición. Ella estaba tan delgada como un palo, acostada en la cama y apenas podía moverse.

Solo después de que él le preguntó a su madre, se enteró de que sus vecinos solo le daban una comida al día, y todas eran sobras. Cuando estaban demasiado ocupados, incluso le enviaban algo de comida una vez cada dos o tres días.

En ese entonces, el jefe de la fábrica en la que trabajaba tenía una riqueza de varios millones de dólares. Se le consideraba un hombre rico y acomodado. Su jefe lo llamó a su oficina para conversar con él. “Hill, ¿escuché que eres el único hijo de tu familia? ¿Y que no te queda más familia que tu vieja madre?”.

Noah no sabía qué quería su jefe con él, pero aún así, se mantuvo tranquilo y firme. “Jefe, sea lo que sea para lo que me haya llamado aquí, por favor, dígamelo directamente. No soy bueno en mucho más, pero definitivamente trabajaré duro en mi puesto aquí en la fábrica”.

Al escuchar su tono tranquilo y firme, su jefe quedó encantado. Fue directo al grano y le preguntó, “Hill, quiero que te cases con mi familia. ¿Estás de acuerdo?”.