Castigado por su amor romance Capítulo 1186

La expresión en el rostro de Sabrina seguía siendo extremadamente tranquila. Los supervisores también miraron a Sabrina y a Marcus. Uno de ellos saludó a Marcus respetuosamente. “Amo Marcus, su abuelo estuvo aquí hace un momento”.

Él asintió. “Lo sé”.

Al ver que el supervisor estaba conversando con Marcus, Lincoln le suplicó: “Supervisor, por favor. Ella… Ella es mi hija. Yo… quiero hablar con ella, solo serán unas palabras. ¿Pu…puedo?”.

El supervisor no le respondió, en cambio miró a Marcus en busca de aprobación. Él asintió, y Lincoln inmediatamente se apresuró a abrirse paso a través de la puerta principal hacia la ventana mientras arrastraba sus cadenas detrás de él. Habló con Sabrina bajo la supervisión de los superiores.

“Sabbie… ¿Estás… estás bien?”.

“Estoy bien”.

“¿Y… tu madre?”.

“Aún mejor”. Su tono se mantenía firme.

Lincoln se frotó las manos con entusiasmo. “Pa… Papá…”.

“No soy tu hija. Tu hija…”. Ella miró a Selene, quien se hizo un ovillo y tenía lágrimas en sus mejillas como un conejo asustado, entonces, señaló a Lincoln en esa dirección. “Esa de ahí es tu hija. Acabas de golpearla a ella y a su madre”.

Él se quedó callado por unos momentos antes de esforzarse por continuar. “Papá… ya sabe que se equivocó”.

Él miró a Sabrina con ojos inocentes, esperando ansiosamente que Sabrina lo salvará teniendo en consideración su vínculo biológico.

“Cometí un error…”.

Ella se burló. “Todo el dolor que me has causado, ¿y crees que un simple ‘cometí un error’ puedo arreglarlo? Mis años de universidad perdidos, los dos años que pasé en la prisión, siendo perseguida por toda la comunidad de la élite de la Ciudad del Sur mientras estaba embarazada y sin tener ningún lugar a donde huir, ¿quién podría compensar el sufrimiento de las víctimas?”.

Lincoln bajo la cabeza.

“¿Quién hubiera creído que fue mi verdadero padre el que estaba moviendo los hilos detrás de todo eso?”. Ella hizo una pausa y miró a Lincoln con una sonrisa triste. “Es mi peor desgracia haber nacido como tu hija. Tomando prestadas las palabras que mi madre le dijo al Viejo Amo. De ahora en adelante, por favor, ¡mantén lo más importante para ti bajo control para que no embaraces a nadie más!”.

Con esto, ella se dio la vuelta para irse mientras Lincoln se lamentaba detrás de ella: “¡Sabbie, Sabbie, mi hija…!”.

Su hija biológica. Su única hija legítima. Lo había arruinado todo. ¡Se había arruinado con sus propias manos! Mirando la espalda de Sabrina mientras se alejaba, la mente de Lincoln repitió los recuerdos de cómo echó a Sabrina y a su madre por la puerta, de cómo torturó a Sabrina cuando tenía doce años, de cómo la incriminó y la envió a prisión mientras estudiaba en la universidad.