Castigado por su amor romance Capítulo 1202

El guardaespaldas detrás de él se quedó sin palabras.

El Viejo Amo Shaw estaba acostumbrado a reinar en la vida. A pesar de que había dejado el ejército para dedicarse a los negocios durante los últimos veinte años después de cumplir los 60, seguía con mucha vitalidad y eficiencia en la forma en que manejaba las cosas.

Sin embargo, los guardaespaldas que habían trabajado para él durante más de una década nunca imaginaron que el Viejo Amo Shaw había sido tan cruel con su propia sangre en su juventud.

Esto fue algo que los guardaespaldas en sus treintas que trabajaban para él nunca pudieron entender.

Los cuatro guardaespaldas eran las personas que a menudo estaban al lado del Viejo Amo Shaw.

Al trabajar al lado del anciano durante más de una década, se vieron influenciados por su comportamiento y su personalidad altiva.

Uno de los guardaespaldas era mujeriego y a menudo iba a buscar mujeres a clubes nocturnos.

Entonces, siempre les decía claramente a esas mujeres: “No sueñen con tener un hijo mío. ¡Si salen embarazadas, no reconoceré al niño! ¡Mantendré mi palabra! ¡Definitivamente no lo reconoceré! ¡Ni siquiera hasta el día de mi muerte!”.

En el pasado, el guardaespaldas había pensado que era un método muy eficaz.

Podría amenazar a otros usando solo una persona.

Él lo había aprendido del Viejo Amo Shaw.

Sin embargo, al ver al Viejo Amo Shaw tan arrepentido por el resto de su vida en ese momento, tanto que casi muere de enfermedad, y al ver que, una vez recuperado, el anciano tuvo que ir a ese lugar con la esperanza de poder ver a su hija, el guardaespaldas tuvo una epifanía.

'¡No reconocer a un hijo es un pecado!'.

'Si no querías un hijo, ¡entonces no actúes como tonto!'.

'Si estás jugando, entonces puedes terminar con un niño'.

'¿Qué pasaría si no reconociste al niño?'.

'¡El universo no te castigaría, pero tus circunstancias serían suficiente castigo para ti!'.

El guardaespaldas sintió que la vida era peor que la muerte para el Viejo Amo Shaw en ese momento. Sin embargo, todavía era reacio a morir.

Esto se debió a que quería ver una vez más a su hija.

Por su parte, el tono del anciano reflejó su impaciencia. “Jennie, cuando regreses, le pediré a tu prima que te recoja. Si no hay nada más, voy a colgar ahora”.

Después de decir eso, el Viejo Amo Shaw colgó la llamada.

No quería desperdiciar su energía en Jennie.

Después de todo, ella era la hija de otra persona. Debió regresar durante sus mejores y peores momentos, pero no había regresado ni una sola vez en diez años.

Sin embargo, si fuera su hija, ¡sería diferente!

No fue sino hasta cuando llegó a los 80 años que el Viejo Amo Shaw llegó a comprender esta verdad.

Por lo tanto, en ese momento, el anciano tenía todos sus pensamientos en Gloria, Sabrina, Marcus y Aino.

Esos cuatro eran sus descendientes.

Él solo los miraba desde lejos.