Castigado por su amor romance Capítulo 1260

Sabrina estaba desconcertada por la respuesta hostil de la mujer. Incluso Aino también miró a su madre con gran incomodidad. Cuando Aino miró a esa mujer, tenía una expresión ligeramente tímida.

Sin embargo, la mujer de repente se disculpó: “Lo siento, Señora Ford, yo… no controlé bien mis emociones…”.

Sabrina levantó las cejas. “¿Por qué? ¿Qué pasó?”.

La mujer suspiró. “Señora Ford, en realidad solo soy una persona de la clase trabajadora. Realmente no puedo compararme con la gente rica como todas ustedes. Verás, mi hija pisó el zapato de tu esposo anteayer. Me puse en cuclillas para limpiarle los zapatos, e incluso tu esposo me despreció…”.

Sabrina permaneció tranquila y serena. “¿Estás molesta por esto?”.

La mujer dijo con frialdad: “¿Cómo podría?”.

Hubo una pausa antes de que agregara: “Solo estoy hablando de los hechos de la situación. La gente rica y extravagante y la gente de la clase trabajadora, como yo, somos de dos mundos diferentes. Nunca he pensado en integrarme con todos ustedes. ¡No me preocuparé por eso en esta vida! Incluso si estoy tan arruinada que tuviera que rogar por comida, ¡también rogaré por comida en la puerta de ustedes, la gente rica!”.

“¿Qué estás tratando de decir?”, preguntó Sabrina sin rodeos.

La madre de Jennifer dijo: “Por favor, Señora Ford, ¿podrías ayudarme a decirles a esas amas de casa adineradas de su círculo de amigos que realmente no quiero unirme a su grupo? ¿Está bien? Realmente no tengo tiempo. Estoy muy ocupada con el trabajo todos los días, y tengo que cuidar a mi hija yo sola. No tengo dinero extra para estar comparando bolsos, energía extra para estar comparando todo e incluso comparar hombres. Simplemente no lo tengo”.

Sabrina sonrió con una mirada alentadora. “De acuerdo, te ayudaré”.

Solo entonces la mujer dio un suspiro de alivio. Luego agradeció a Sabrina con frialdad: “¡Gracias!”.

Después de decir eso, la mujer tomó a Jennifer de la mano y entraron al jardín de infancia.

Sabrina estaba confundida. Ella había sido distante en ese entonces, pero eso era solo porque necesitaba resistir el acoso del mundo exterior. Cada vez que alguien le daba un poco de amabilidad, ella sonreía brillantemente como una flor floreciente.

Sabrina ni siquiera había doblado la esquina, y vio que la madre de Jennifer ya estaba saliendo del salón de clases. Sabrina originalmente quería despedirse, pero una vez que pensó en lo distante y orgullosa que era la mujer, pensó que era mejor no hacerlo.

Como era de esperar, cuando la mujer pasó junto a Sabrina, solo asintió levemente con la cabeza, se dio la vuelta y se fue.

‘Qué mujer tan especial’, pensó Sabrina.

Después de eso, Sabrina caminó hacia Kingston, quien la estaba esperando en su intersección.

Acababa de dar unos cincuenta pasos cuando Sabrina escuchó que alguien la llamaba. “Señora Ford. Señora Ford”.

Cuando volteó la cabeza, vio a la Señora Sear.