Castigado por su amor romance Capítulo 1317

‘Si sigues siendo tan inútil la próxima vez, ¡tienes que cortarte las manos tú misma! Piensa en tu hija y en todo el sufrimiento que pasó; casi muere varias veces para conseguir la vida feliz que ahora disfruta. Si esta vida es arruinada por alguien más, ¿cómo van a seguir viviendo todos ustedes?’.

‘Y tú misma ¿Cuántas penurias has sufrido en tu vida?’.

‘¡Todo debido a la familia Shaw!’.

‘Gloria Shaw, ¡por qué les tienes tanto miedo!’.

La mujer de 50 años, cansada del mundo, se miró en el espejo mientras sollozaba y se reprendía a sí misma: ‘Lo has perdido todo, estás sola en este mundo; ¡a qué todavía le tienes miedo! En el futuro, ya no puedes tener miedo, ¡de nadie!’. Ella seguía motivándose a sí misma.

Justo en ese momento, sonó su teléfono. Gloria levantó el teléfono y vio que era una llamada de su hija. Inmediatamente contestó: “Sabbie, mi querida hija, ¿estás en la oficina?”.

Al otro lado del teléfono, Sabrina sabía que algo andaba mal en el momento en que escuchó la voz de su madre. “Mamá, anoche cuando cenamos en tu casa tu voz no estaba tan ronca. ¿Por qué suena tan ronca ahora?”.

Gloria se rio levemente. “Fui al mercado temprano en la mañana. Quería comprar un pollo silvestre para hacer sopa de pollo. Escuché que la sopa de pollo es buena para la piel”.

“¡Jaja!”. Sabrina se rio de las palabras de su madre. “Mamá, ¿ahora incluso te gusta el cuidado de la piel?”.

Gloria no le respondió a su hija, simplemente continuó: “¿Quién diría que los pollos silvestre son tan populares ahora? Solo quedaba un pollo silvestre en el mercado, pero yo y otra señora que estaba vestida como la esposa de un hombre rico lo queríamos”.

“Mamá, ¿no me digas que te peleaste con ella por eso?”, preguntó Sabrina con incredulidad.

“Por supuesto que no”. Gloria se rio.

Sabrina: “…”.

“No peleamos, per se. No me gustó lo que dijo la esposa del hombre rico; sus palabras fueron muy duras. Estaba tan bien vestida y elegante, ¡parecía una princesa! Pero sus palabras fueron terribles; me llamó loca, dijo que era una p*rra miserable, que la estaba molestando. Admito que soy una loca, pero aun así, ¡mi boca no es tan sucia como la de ella!”.

Sabrina preguntó: “Mamá, ¡¿quién es esa mujer?! ¿La conoces? ¿Por qué no me llamaste? ¡Iré allá y le destrozaré su estúpida cara!”.