Castigado por su amor romance Capítulo 1333

Lori preguntó: “Dime honestamente. ¿Odias a Sabrina?”.

Zach se quedó sin palabras.

¡Odiarla!

Por supuesto que sí.

“¡Aunque no lo digas, sé que la odias! Ya que la odias, ¿por qué no te atreves a decirlo en voz alta? ¡Me atreví a decirlo frente a ti!”. En realidad, Lori estaba muy arrepentida por dentro.

Todavía tenía que acostarse con Sebastian.

Todavía no había hecho avance con Sebastian.

¿Cómo pudo decir que quería que Sabrina muriera frente a otra persona?

Si la noticia llegaba a los oídos de Sebastian y Sabrina, Lori definitivamente moriría.

Sin embargo, Lori nunca esperó que Zach estuviera tan asustado que se volvió sumiso ante ella.

Se compuso y le preguntó a Lori: "¿Qué plan tienes para encargarte de Sabrina?".

"Tú... ¿Qué dijiste?".

"¡¿Tienes un plan para matarla?!", preguntó Zach enojado.

"¡Jajaja!". Lori frunció los labios y continuó: “¡Jaja! ¡Jaja…!".

Después de reírse, dijo: “Si pudiera tener algo con Sebastian con tanta facilidad, naturalmente podría matar a Sabrina. Director Smith, no tienes que hacer nada. Ni siquiera tienes que aparecer. Solo tienes que prepararme el escenario y yo mataré a Sabrina”.

Lori tenía que agradecerle a Sean por esto.

Sean dijo que Sebastian podía ser persuadido, pero no forzado.

Sean dijo que Sabrina era una mujer infiel.

Si Sean tenía esa impresión de Sabrina, ¿por qué Lori no haría realidad la infidelidad de Sabrina?

Así, no solo ayudaría al Tío Ford a desahogar algunas frustraciones, sino que incluso el Tío Ford podría casarse antes con su madre.

Sebastian incluso se daría por vencido con Sabrina.

Estuvo allí por un día.

La noche siguiente, Lori trajo a un hombre desconocido de ese lugar desolado.

El jueves por la noche, Sabrina trabajó horas extras en su compañía. Ella debía ir a buscar a Aino con Sebastian, pero con el repentino tiempo extra, le pidió a Sebastian que llevara a Aino a casa.

Cuando Sabrina llegó a casa, Aino y Sebastian ya habían comido y estaban descansando en el sofá de la sala.

Sabrina estaba muy hambrienta cuando llegó a casa.

Se quitó los tacones por el cansancio y luego tiró casualmente su bolso en el sofá, y fue al comedor a comer.

En ese momento sonó el teléfono de Sabrina.

Inmediatamente gritó: “Querido, contesta la llamada. Aino, el teléfono está en mi bolso. Ayuda a Papá a buscar el teléfono”.

Aino sacó el teléfono de su madre de la bolsa y se lo entregó a su padre.

Sebastian aceptó la llamada sin pensar, pero antes de que pudiera hablar, se escuchó una sucia voz masculina: “Sab, te extraño mucho”.