Castigado por su amor romance Capítulo 1339

Además, si Sebastian no estaba realmente con Lori, entonces él pensaría que sus preguntas eran muy extrañas.

Esa tarde, el corazón de Sabrina no podía permanecer en calma.

Incluso Yvonne y Ruth, mientras almorzaban con Sabrina, sentían que algo andaba mal.

“Sabrina, ¿qué pasa? Te ves tan pálida, ¿tienes fiebre?”. Ruth puso su mano en la frente de Sabrina.

Yvonne miró a Sabrina con preocupación. “¿Qué pasa, Sabrina? ¿Qué pasó?”.

Sabrina tenía una expresión aturdida. “¿Sí? Ah… no es nada”.

Después de conocer a Ruth e Yvonne durante tanto tiempo, era la primera vez que parecía tan indefensa delante de ellas.

“¿Qué pasó?”. Yvonne de repente pensaba que el problema era bastante grave.

Sabrina negó con la cabeza mientras sonreía a Ruth e Yvonne. Luego, de repente, agarró su bolso y salió. “No almorzaré con ustedes hoy, tengo algo urgente que hacer”.

Después de eso, Sabrina se alejó.

Yvonne y Ruth se quedaron sin palabras detrás de ella.

Las dos se miraron, sin poder evitar preocuparse por Sabrina.

Sabrina ya había caminado hasta el estacionamiento subterráneo. Muy rara vez conducía al trabajo, y al final se debía a que era perezosa y le gustaba depender de su hombre. Después de todo, su hombre llevaba a su hija al jardín de infancia todos los días y luego la llevaba al trabajo. Ya estaba acostumbrada.

Sin embargo, ese día, él la hizo conducir al trabajo ella misma.

El corazón de Sabrina se hundió lentamente.

Durante todo el camino, ella condujo muy rápido.

En solo veinte minutos, Sabrina llegó al destino que Lori le había mencionado: el Hotel Internacional Gran Sabio.

El hotel realmente parecía muy lujosa.

Después de estacionar el coche cerca del estacionamiento, Sabrina permaneció sentada en el coche durante cinco minutos enteros antes de bajarse ya que se sentía indecisa e insegura.

Además, incluso si salía del coche y se dirigía al vestíbulo, ¿dónde encontraría a Lori en un hotel tan grande?

Cuando Sabrina caminó hacia la dirección de las risas, las voces se hicieron cada vez más fuertes.

Parecía haber tres o cuatro personas.

“¡Tío Ford, prueba esto! Esta es la especialidad del restaurante”. En ese momento, Lori le pasó un plato a Sean.

A la izquierda de Sean estaba Jennie, y a esta no parecía importarle lo que estaba haciendo su hija, y dulcemente dijo: “Seany, tienes que comer más, ¿de acuerdo?”.

Sean sonrió ampliamente. “Está bien, está bien, comeré. Estoy demasiado feliz hoy”.

“¿Papá?”, gritó Sabrina con incredulidad.

Sean miró hacia arriba y vio a Sabrina, quien no estaba muy lejos. Estaba a punto de levantarse y decir algo cuando un hombre de repente se acercó por detrás de Sabrina.

El hombre abrazó a Sabrina y le dijo con ternura: “Sabbie, finalmente estás aquí. ¿Qué pasa? ¿Tu padre también está aquí? No sabía que ya habías encontrado a tu padre”.

Sabrina estaba atónita.