Castigado por su amor romance Capítulo 1371

Ante este pensamiento, él se sintió tan agraviado que quiso mover su cabeza, ¡para despertarla para poder razonar y discutir con ella! ¡A ver quién era el razonable! Pero al pensar en que ella finalmente se había quedado dormida, agotada por sus llantos y gritos, no podía soportar despertarla.

Se acostó de lado y la miró. Todavía tenía lágrimas en los ojos. Sus cejas estaban apretadas, su expresión tan decidida como siempre, tan decidida que estaba dispuesta a morir para conservar su dignidad. Ella lo regañó y le pidió que se fuera.

“¡Ja!”. De repente se rio en la oscuridad de la habitación. Ahora que lo pensaba, ¿había una segunda persona en toda Ciudad del Sur que se atreviera a regañarlo así? Sin mencionar a las mujeres, o incluso a los hombres, incluidos los veteranos del Grupo Ford, como su padre, Sean, y su abuelo, Henry, ¿quién de ellos se atrevería a gritarle así? ¡Ella era la única! ¡Sabrina Scott! Como una mujer enloquecida, lo golpeó y le dio puñetazos, lo mordió y lo maldijo, ¡e incluso quería divorciarse de él! No había nadie más en Ciudad del Sur como ella.

Aun así, ¡ella parecía tan agraviada! Luego, después de estar agotada de tanto patear y morder, llorar y maldecir, finalmente se quedó dormida. Y ahora, ¡él tenía que vigilarla y cuidarla así! ¡¿Qué demonios era esto?!

En medio de la noche, al ver que ella se había quedado profundamente dormida y que la baba empezaba a caer por las comisuras de su boca, lentamente sacó su brazo de debajo de la cabeza de ella, salió de la habitación y se dirigió a la sala de estar.

Sacó su teléfono y llamó a Gloria. En el otro extremo, Gloria contestó inmediatamente después de un solo timbre.

“¿Hola?”. Al otro lado del teléfono, Gloria sonaba extremadamente preocupada.

“Señora Scott, soy yo, Sebastian”, dijo.

Gloria hizo una larga pausa. Luego, finalmente preguntó: “Sebastian, si tu matrimonio con Sabbie…”.

“Eso no va a suceder, Señora Scott”. Sebastian la interrumpió antes de que pudiera terminar su oración.

Gloria: “…”.

“No te preocupes, mi matrimonio con Sabrina durará para siempre. No habrá cambios en el estado de nuestro matrimonio por el resto de nuestras vidas. Te llamo para decirte esto. Además, Aino pasará la noche en tu casa esta noche, así que por favor cuida de ella”.

Gloria respondió: “Oh… está bien, lo haré”.

¡Él pasó un brazo alrededor de su cintura porque estaba furioso!

“¿A dónde vas? ¿A dónde vas, así desnuda?”.

Su tono era tan frío como el hielo. “Lo siento, Amo Sebastian, conozco mi lugar. No debí haber pasado la noche en tu cama. Ahora que estoy despierta, no debo quedarme en tu habitación”.

“Porque sé que dentro de unos días, tu habitación estará llena de otras personas además de mí. Conozco mi lugar, ¡así que ahora es el momento de que me vaya!”.

Sebastian se quedó sin palabras. “Tú…”. ¡Él deseaba poder coserle la boca!

Pero en ese momento sonó su teléfono. Lo levantó y echó un vistazo, luego contestó inmediatamente, sonando muy impaciente mientras gritaba: “¡¿Qué pasa?!”.